Hotel Intercontinental Kunming.
Kunming, Yunnan. China.
Día 3, 03:12 Hrs.
El sonido espeluznante de un trueno despertó a Lay, quién abrió sus ojos pensando en el guardián del rayo y esperando que en donde estuviera no estuviera lanzando rayos sin control, de lo contrario, podría desequilibrar el ecosistema local.
Lay había estudiado a todos los diferentes seres que lo acompañarían en su viaje a la Tierra y, por supuesto, todo lo que tuviera que ver con la salud humana. Al anunciarle que haría un peligroso viaje por el bien de la Unión Planetaria, él no protesto, no se negó, jamás lo hacía. El líder del planeta de los sanadores no había querido enviar a su frágil hijo menor a la Tierra sin mayor protección, pero no era como si pudiera hacer algo al respecto, además la presencia del supremo guardián de la curación era necesaria ya que ningún ser humano tenía la capacidad de sanar a los demás guardianes, en caso de que lo necesitaran.
Los miembros de la población capaces de sanar eran lo más valorado en tan peligroso planeta que estaba plagado de plantas con espinas o hierbas venenosas. Habían tantas cosas mortales para los habitantes de ese planeta que la curación era en extremo necesaria. Los sanadores, que eran solo una centésima parte de la población, y que no daban abasto, podían curar lo que estuviera a su paso, pero esto implicaba que en ese pequeño proceso entregaban parte de su propia salud, fuerza y vida. Era un inmenso poder que conllevaba un inmenso dolor. El pequeño Lay lo había vivido hasta el punto de casi morir al intentar salvar a un agonizante ser de su especie, su hermano.
La incontenible necesidad humana de hacer uso del sanitario lo obligó a separarse del calor de Suho. En el momento en el que pasaba por la sala de estar vio su móvil, que estaba en el sofá. De pronto el aparato cobró vida empezando a sonar una extraña melodía y anunciando en la pantalla una llamada entrante con un "YEOL" más la fotografía del mencionado. Recordó como los amables empleados de la UI les habían ayudado a agregar los contactos y a hacer uso del móvil e inmediatamente deslizó sus dedos por la pantalla y respondió a la llamada.
—Yeol, dime.
—Baek está semiconsciente, respira pero no sé qué le pasa; no habla solo hace sonidos extraños y sus ojos están cerrados —el guardián del otro lado de la línea se escuchaba muy asustado y agitado. Lay analizó sus conocimientos sobre la especie de la luz.
—¿Y está frío? ¿O más caliente de lo normal?
—¿Cómo sé qué es normal?
—Debes conocer a tu compañero, es vital —Lay trató de explicarle con paciencia. Suho apareció en ese momento, tallando sus ojos con sus manos para ahuyentar el sueño y le dio una mirada que claramente preguntaba qué hacía. El sanador le mostró el aparato con la foto de Yeol en la pantalla y lo puso en altavoz para que Suho se enterara. Yeol se tomó unos segundos antes de hablar otra vez.
—Creo que sigue igual, tal vez un poco más elevada, no lo sé.
—¿No ha estado lanzando haces de luz? —preguntó Lay, recordando que la luz era incontenible.
—No, nunca lo he visto hacerlo desde el primer avión, todos lo vimos.
—¿No ha vuelto a expulsar luz?
—No. No lo creo.
—¿Han estado cerca de muchas fuentes de luz? —Lay continuó con su debida indagación.
—¿Fuente de luz?
—Pídele que saque su luz, tal vez se deba a una contención excesiva.
—¡Pero no despierta! ¿Cómo? —Lay pensó en una peligrosa posibilidad; la habilidad de la transferencia de poder que tenían por medio de su marca, solo podían hacerlo efectivamente entre guardianes, aunque no por eso era menos arriesgado.
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HUMANO ~EXO~
FanfictionEra de noche cuando doce luces iluminaron el cielo y luego el suelo del desierto. Lentamente las luces caídas del espacio tomaron forma humana. ⚠️ Kaisoo, Chenmin, Chanbaek, Sulay, Hunhan, Kristao ⚠️ Historia larga, muy larga. ⚠️ Romance / fanta...