SOLO

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—Suéltalo, yo me haré cargo. 

La voz provenía de una mujer de mediana edad que miraba con la mandíbula apretada el cuerpo golpeado de Hakyeon a sus pies. Los hombres encargados de la seguridad en ese lugar dejaron de golpear al inocente.

Era bella a los ojos del —probablemente— ex comandante, una de las mujeres más hermosas sobre la faz de la Tierra. Con sus labios pintados de rojo; esos labios que lo habían llevado al cielo y lo habían hecho bajar al infierno. Esas manos que habían acariciado el rostro de Hakyeon con tanta ternura en el pasado. Ese vientre...

Cha Hakyeon incluso olvidó el dolor de sus costillas, probablemente rotas, para concentrarse en ella. No podía creerse que la persona frente a él fuera la líder de esta horrible caza de extraterrestres. ¿Cómo imaginarlo? Se sentía tan engañado y traicionado que las palabras se atoraron en su garganta. La miró con esa mezcla de sentimientos reflejada en su rostro. Miles de recuerdos se agolparon en su cabeza. Sus ojos suplicaban por una respuesta, una explicación lógica para lo que estaba pasando.

Ella se guardó todas sus emociones y puso en escena lo mejor de sus dotes de actriz para seguir interpretando su papel. Con una mirada soberbia se dio la vuelta, girando sus seductoras caderas a la vista de los presentes, y salió de la sala de control.

Los guardias empujaron a Hakyeon para que caminara detrás de ella. Recorrieron innumerables pasillos, girando a la izquierda por aquí y a la derecha por allá. Cha tuvo la sensación de estar metido en un laberinto. Vio un destello en la mano de la mujer y se dio cuenta que lo que había brillado bajo la luz de una lámpara en la pared; había sido el reflejo de un anillo que la elegante dama, que ahora parecía desconocer, portaba en su dedo anular. Bien. Era casada. Algo en el pecho de Hakyeon empezó a burbujear.

—Vayan —fue todo lo que ella dijo al entrar en una oficina. 

Los guardias obligaron a Hakyeon a sentarse en una silla frente a un escritorio y los dejaron solos. La mujer rebuscó en una de las gavetas y volvió con unas llaves. Soltó las esposas del comandante y este no perdió oportunidad para levantarse y abalanzarse sobre ella.

Cha la empujó hasta dejarla sentada sobre el escritorio, se colo entré sus piernas y le sostuvo las manos sobre el mueble con innecesaria fuerza. Estaba tan cerca de la mujer de sus sueños, de su primer amor...

La besó con necesidad. Devoró esos labios que siempre habían sido su debilidad mientras le soltaba las manos para sostener su delgada cintura.

—¿Eres una traidora? —preguntó en susurro. Su pecho subía y bajaba frenéticamente como consecuencia de su apasionado beso.

—Por supuesto que no, solo estoy aquí para salvar tu estúpido trasero machista —respondió la bella mujer con una sonrisa de suficiencia—. ¿En las buenas y en las malas recuerdas? —dijo, acariciándole el rostro y ordenando su cabello rebelde; podría seguir mirándolo por días u horas.

Fue suficiente para Hakyeon; juntó sus labios una vez más y también sus manos, los anillos dorados que los unieron hacía ya mucho tiempo chocaban también como si el oro intentara fundirse entre sus dedos.

—¿En dónde dejaste a En? —preguntó Cha.

—En casa de tu madre. Tu hermana estuvo muy feliz cuando le pedí que la cuidara por un par de días.

Hakyeon se sentía aliviado, nadie mejor que su loca hermana para cuidar de su pequeña bebé. —Por cierto, te perdiste su primer palabra.

<<¡Joder!>>

Eso había dolido.

—¿Quieres saber cuál fue? —Hakyeon levantó sus cejas intrigado—. "Mamá"

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora