ENSÉÑAME

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Volviste

Suho se acercó a Lay. El sanador miraba fijamente a la niña a través del cristal, estaba cuidándola.

—Sabías que lo haría.

—En el fondo guardaba la esperanza —Suho observó su perfil, había una mezcla de alivio y duda en el gesto del sanador.

—Esta es una buena razón para estar aquí —le dijo, señalando a la niña que dormía detrás del vidrio en una incubadora. Se sentía extraño hacer algo que se consideraba "bueno", pero a la vez se sentía revitalizante.

—Sí, lo es.

Un silencio que dejaba un sabor extraño en la boca del líder se hizo presente.

—¿Todavía me amas? —Suho preguntó con temor. 

Lay negó débilmente con su cabeza y el corazón roto de Suho recibió el golpe con resistencia

¿Qué es amar? —Lay preguntó en un murmullo, de pronto quería llorar.

Habían lagunas en su memoria. Los demás guardianes habían tenido que explicarle qué estaban haciendo ahí. Cuando pudo recordar a sus padres y la misión de su poder, sintió repulsión hacia sí mismo. Había corrompido tanto su propósito en la vida, que sentía que no la merecía ya.

Suho tomó la mano de Lay y la llevó hasta su pecho, en donde la marca del agua se apagaba cada día un poco más.

—Es... pensar en ti todo el día... Necesitar que estés a mi lado sin importar qué hayas hecho. Es besarte y sentir que mi poder se crece —a Lay le pareció que las lágrimas que bajaban lentamente por las bonitas mejillas del guardián del agua eran como diamantes—. Amarte es sentir un vacío aquí —dijo haciendo presión en la mano de Lay que aún sostenía sobre su pecho—cuando no estás... Es... No sé qué más es, no lo puedo explicar.

El temor de que Lay hubiera perdido la capacidad de amar hacía que sus piernas temblaran. ¿Y si le habían hecho un daño irreparable?

Suho bajó su mirada al suelo, sentía que el mundo a su alrededor se rompía. Lay puso un dedo en su barbilla y lo obligó a alzar su mirada.

Enséñame —el sanador pidió con angustia.

Suho se abrazó con fuerza a la cintura de Lay. 

—Te he extrañado tanto —las lágrimas que había logrado mantener dentro de sus ojos fluyeron incontenibles uniéndose a las que antes habían rodado por sus mejillas—. Por favor, no te vayas otra vez —suplicó, escondiendo su rostro en el arco del cuello de su compañero. Lay correspondió al abrazo y puso un beso en su mejilla de forma instintiva.

—Te recordé muchas veces. No sabía cómo regresar, pero sentía que necesitaba estar contigo —dijo. Su mente trajo el recuerdo de un beso y quiso hacerlo realidad. Bajó su rostro y buscó los labios de Suho—. No me iré otra vez, no quiero perderme —prometió antes de rozar sus labios con suavidad sobre los de su compañero—. Quiero quedarme contigo para toda la vida.

No tenía idea de cuánto tiempo sería "toda la vida" pero esperaba que fuera suficiente, suficiente para recordar cómo amar.


* * *


—¿Puedo irme ya? 

Youngjae sonrió, el guardián de la fuerza ya estaba desesperado por salir de la camilla.

—Solo espera un poco más, no te haremos nada malo. Quiero asegurarme de que todo está bien  antes de dejarte marchar —la extraña marca de la fuerza en el pecho de Dyo casi no brillaba ya y a Youngjae le preocupaba mucho.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora