UN PUNTO DE ENCUENTRO

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Ubicación Exacta Desconocida.
Alemania, Europa.
Día 5,  17:06  hrs.


Sin previo aviso, Baek rompió a llorar. Alarmado, su alto compañero, que le adelantaba un metro, corrió de regreso a su lado y lo envolvió en un abrazo. Le dio suaves palmaditas en la espalda intentando darle consuelo.

—Quiero volver a casa... —dijo con su voz distorsionada por el llanto y poco audible ya que tenía el rostro enterrado en el pecho del cálido guardián del fuego.

—Pronto volverás —lo tomó del rostro y limpió sus lágrimas. —Vamos, hay que seguir.

Yeol guió a su pequeño compañero por las calles de quién sabe dónde en Alemania. Ninguno tenía idea de en qué momento se perdieron, ya que probablemente se bajaron del tren en el lugar equivocado.

Yeol también estaba asustado, pero lo escondía detrás de una sonrisa, él nunca dejaría que la oscuridad lo venciera. De pronto, divisó algo no muy lejos de donde estaban y echó a correr, arrastrando a Baek detrás de sí. Se dirigían a un punto elevado en la ciudad. Cuando por fin llegaron, el guardián del fuego señaló hacia el horizonte y Baek enfocó su vista.

Frente a ellos se miraba la ciudad, que era un valle, y detrás de los edificios y la vegetación, el sol se despedía, dejando visibles en el cielo algunas manchas púrpuras, rojizas y anaranjadas. En el punto más cercano a los edificios, una fina línea dorada de luz se esforzaba por seguir iluminado. Era una de esas cosas bellas de la tierra, una de esas cosas que lograban limpiar pensamientos y hacerlos más positivos.


* * *


Dos figuras a contraluz fueron captadas por una cámara.  No se podían distinguir sus facciones, solo que una era muy alta y la otra era baja en comparación.


  * * *

  

—Yeol, ¿falta mucho?

—No lo sé Baek —Yeol suspiró, estaba tan desorientado, cansado y  hambriento, que gustoso se comería los asquerosos mariscos que le ofrecieron el primer día en este planeta.

—Paremos ya, busquemos comida.

Cuando encontraron un pequeño lugar que vendía alimentos, ingresaron contentos.

—Necesitamos alimento —dijo Yeol, sacando su tarjeta y mostrándosela al cajero.

—Lo siento, solo aceptamos efectivo —le respondió el empleado del lugar.

—¿Efectivo? —Baek preguntó, bastante desorientado.

El dependiente del lugar les dio una mala mirada, empezaba a impacientarse, estos hombres, ridículamente guapos, estaban gastándole una broma y no estaba de humor.

—Tendré que pedirles que se vayan si no piensan consumir nada.

Baek parpadeó dos veces, hizo una épica mueca de disgusto hacia el empleado y caminó fuera del lugar casi echando chispas.

Yeol nunca había visto esa expresión en su compañero, no se vía tan indefenso cuando miraba mal a la gente, pero eso no hacía más que causar gracia al guardián del fuego, quien inmediatamente lo siguió.

Ajenos al significado de "efectivo" y al encontrarse en una zona baja de la ciudad en que estaban, aún visitando varios lugares no lograron conseguir comida. Para el final de la noche, estaban más cansados y hambrientos de lo que hubieran podido imaginar.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora