CACERÍA I: ALIADOS

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Al salir por las puertas del gimnasio los guardianes se vieron rodeados de enemigos por aire y por tierra. 

Los ojos de Tao no tardaron en cobrar el temible color perla al detener el tiempo para todos los humanos presentes. —Alguien proponga una solución, no tenemos mucho tiempo —les dijo casi con desesperación. 

Los demás guardaron silencio, no muy seguros de qué hacer con el centenar de estatuas humanas que les apuntaban, tampoco estaban seguros de qué rumbo debían tomar.

—SeoEun y SeoJun —murmuró Yeol recordando a los niños.

—Jimin se los llevó —informó Tao—. Era lo único que podría hacer.

El guardián del fuego asintió, se sentía agradecido con Tao por haber velado por la seguridad de los menores, también intuía que había sido su forma de proteger al agente que los había ayudado en su travesía por el continente occidental.

—Bien —dijo Chen—, ¿hacia dónde entonces?

—¡Al sur! —Lay, Baek y Luhan dijeron simultáneamente, los tres tenían una mano en el suelo y según su instinto al sur no existía hostilidad.

Xiumin se adelantó y empezó a caminar a paso rápido entre los humanos, cerró sus ojos por un momento y tomó aire, lamentando lo que estaba a punto de hacer. Abrió sus ojos cristalizados y de un hipnótico color azul, separó sus brazos alzándolos al cielo. De las palmas de sus manos brotó una gran nube de gas de color azul que empezó a congelar todo lo que tocaba.

Sehun y Luhan observaron boquiabiertos la similitud entre el poder de Xiumin con el extraño aire azul que había brotado una vez de la marca de poder del guardián del viento. Sehun avanzó un paso y lanzó una ráfaga de aire que se mezcló con el gas azul del guardián del hielo; el extraño elemento se fortaleció y avanzó cubriendo más terreno y con mayor rapidez. Xiumin echó a correr en dirección a la salida aún con sus brazos extendidos, congelando todo a su paso. Sehun lo seguió de cerca y los demás guardianes no se quedaron atrás.

Cuando hubieron dejado el campus, los poderosos extraterrestres tomaron la carretera; Chen, Baek, Tao y Luhan tomaron la delantera mientras que Suho, Xiumin Kris y Sehun corrían en la retaguardia, los restantes corrían al centro.

—¡Tómense de las manos! —Kai gritó sin detener su huida y todos le obedecieron, entrelazando su mano a la de su compañero más cercano sin dejar de correr. El teletransportador tomó una mano de Dyo y una de Luhan y se desapareció, lastimosamente aparecieron solo trescientos metros adelante—. ¡Mierda! —murmuró Kai entre dientes.

Todos se detuvieron y miraron hacia atrás. Aunque aún no se veía nada, presentían estar siendo perseguidos. Kai lo intentó de nuevo, avanzando solamente cincuenta metros esta vez.

—Sigamos a pie, también somos muchos para ir por aire —Kris se acercó a Kai y puso una mano en su hombro.

—No debemos separarnos o la telepatía no funcionará. Deja de pensar eso —Suho también se acercó a Kai, tomando una de sus manos y presionándola cariñosamente entre sus dedos—. Estaremos bien.

Kai miró a Dyo, el sudor corría desde sus sienes y se veía muy pálido, pero el pequeño negó y le dio una pequeña sonrisa. <<Estaré bien, soy fuerte>> Kai pudo escuchar la voz de Dyo en su cabeza.

Los doce guardianes renovaron su carrera por el desierto con mayor velocidad. No se detuvieron hasta que divisaron una ciudad. Para ese momento, la luna ya los saludaba desde lo alto del cielo. Al llegar a las primeras casas de un barrio semi desierto, fueron sorprendidos por una figura familiar. 

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora