REFORZANDO LAZOS

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Casa de Yoseob. 
Almatý Kazajistán.
Día 6, 14:33 hrs.


El sonido de un trueno retumbó por toda la casa y la luz del relámpago iluminó el exterior fugazmente.

Baek dio un salto y se escondió dentro de los brazos de Yeol que, como se había vuelto algo natural, orbitaba a su alrededor. Le dio una mala mirada a Chen.

—¿Qué? —preguntó el guardián del rayo con fingida inocencia.

—¿Por qué no detienen está tormenta? ¿Han tratado? —Baek preguntó recostando una mejilla en el pecho del guardián del fuego, podía oír sus latidos un poco más rápidos de lo humanamente normal, pero era tan tranquilizador para él que empezó a adormecerse.

—Esta lluvia debe parar, el ecosistema local probablemente ya ha sufrido muchos daños —Yeol hizo saber su opinión sin soltar el pequeño cuerpo de su compañero.

—Creo que ha empeorado cuando Suho y Lay aparecieron... - Analizó Kai, quien, junto a los guardianes que transmitían calor y el sanador, eran los presentes en la sala que nada tenían que ver con la espantosa tormenta que golpeaba las superficies sin piedad en la ciudad.

Suho miró a Dyo un segundo más de lo necesario antes de hablar, podría decirse que ese hecho no le agradó al guardián de las distancias.

—Nosotros estuvimos ya en varios lugares, y el clima no se ha visto afectado en ninguno de ellos —argumentó Suho, convirtiendo a Dyo en el blanco de su mirada otra vez —¿Eres tú?

—No puedes culparlo sólo a él —Xiumin interfirió, un poco molesto por la clara acusación.

—Debes controlar tu poder —Suho ignoró a Xiumin, concentrando su atención en el guardián de ojos grandes, que no hacía más que sostenerle la mirada.

—Yo también soy culpable —Chen levantó su mano, intentando aligerar el ambiente —He lanzado un sin fin de rayos, pero ustedes nos dijeron que no contuviéramos nuestros poderes.

—Suho tú sabes que nadie puede convertirse en guardián si no aprende a controlar su elemento —Xiumin empezaba a molestarse más de la cuenta y más de lo normal en él y su usual pasividad.


* * *


Baek podía escuchar que, fuera de su tibia burbuja recostado en el pecho de Yeol, una discusión parecía formarse, a su vez la tormenta parecía enfurecerse, se escuchaban más de esos aterradores sonidos que hacían los truenos y hacía más frío, mucho más frío, aún con la calefacción encendida. Sus brazos, que separaban su tórax del estómago de Yeol, se fueron introduciendo debajo de la chaqueta de su calentador personal hasta quedar completamente extendidos a los costados, con sus pequeños dedos se sujetó de la camiseta interna del guardián del fuego, justo a la altura de los omóplatos.

Yeol sonrió de costado, enternecido por los intentos de búsqueda de calor del guardián de la luz. El alto guardián tenía su vista clavada en Xiumin y notó que este exhalaba vaho y aunque eso le dio cierto temor, también le dio una idea. Se acercó a la frente de Baek, casi puso sus labios en ella y aunque visto de lejos parecía un beso —la sospecha acrecentada por el hecho de que Yeol tenía sus ojos cerrados—, no lo era. Con su aliento, calentó al guardián al que en este momento le era imposible crear su propio calor. Sus labios se acercaron también al cuello de Baek para germinar su calor en esa zona.

Baek sintió el cosquilleo ante el aliento de Yeol sobre su piel y no pudo estar más agradecido de la pareja que le habían asignado y de que esta supiera darle justo lo que necesitaba.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora