LUCES DEL NORTE

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Akureyri, Islandia. 
Día 32, 13:27 hrs.


Más osos.

A Xiumin le brillaron los ojos con emoción y se deslizó por el hielo. Las feroces criaturas no le temían, aunque no eran tan amistosas cuando el guardián del rayo se acercaba, así que Chen dejaba que Xiumin se acercara a ellos, quedándose él  un poco rezagado.

Chen había leído en su pantalla mágica la palabra "extinto" en llamativas letras rojas al lado de una fotografía del animal que tenía frente a él. Le había comentado a Xiumin este hecho, pero el guardián del hielo pensaba que probablemente habían estado escondidos en lugares demasiado fríos que la humanidad no soportaría, Chen difería de esta idea ya que, durante su extenso viaje ártico, se habían encontrado con zonas pobladas por la humanidad. Incluso en ese momento se encontraban cerca de los humanos, solo que un poco más al norte.


* * *


Aeropuerto de Berlín
Berlín, Alemania.
Día 33,   12:45 hrs.

   

—¿Cuál es su vuelo más próximo a América?

—¿Qué país? —preguntó con recelo el hombre detrás del mostrador.

—Estados Unidos.

—Tenemos un vuelo directo a Miami. Sale en tres horas.


* * *


Baek estaba sentado junto a Yeol en la sala de espera. El guardián del fuego tenía un brazo sobre los hombros de su pequeño compañero y le hablaba al oído, causándole cosquillas que lo hacían reír y retorcerse debajo del enorme brazo de su compañero. Cinco hombres con uniformes de policía caminaban en dirección a ellos y Baek detuvo sus risas para pasar sus brazos sobre el cuello de Yeol y hablarle al oído.

—Vienen por nosotros —el guardián de la luz le dijo en voz baja a su compañero y se separó un poco para verle el rostro. Yeol no necesitó preguntar nada, él también tenía el presentimiento de que algo o alguien peligroso se acercaba.

Ambos guardianes tomaron sus bolsos del asiento de al lado y caminaron lentamente sin saber a dónde dirigirse. Yeol tomó la fina mano de Baek para guiar el camino.

—Nos están alcanzando —informó el guardián del fuego y Baek miró de reojo detrás de ellos, en efecto, los humanos que había visto de lejos en la sala de espera, ahora les pisaban los talones. Era hora de correr.

Yeol los dirigió a la sala de abordaje. El último pasajero acababa de abordar por un estrecho pasillo y la aeromoza estaba por cerrar la entrada al túnel de abordaje. El guardián del fuego se acercó a ella y la miró a los ojos.

Por favor, déjenos pasar —le suplicó, la mujer se tambaleó y se sostuvo de la puerta, sorprendida por semejante belleza inhumana dirigiéndole la mirada y la palabra. La humana no encontraba las palabras para negarse aunque tampoco estaba dejándolos pasar. Le echó una mirada al acompañante que el alto sostenía de la mano. No debió haber hecho eso, aunque el otro ser fuera varios centímetros más pequeño que el que le había hablado; era igual de bello, sino más; tenía los labios más apetitosos que hubiera visto nunca, de un suave tono rosado, sus ojos eran pequeños, rasgados, y a la vez echados hacia abajo en las esquinas como si fueran los de un cachorro triste y la miraba con esperanza.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora