Capítulo 15

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Cayetana: ¿Andreíta, mi amor, estás ahí? Tu abuelo te está buscando. – Preguntó su mamá, mientras tocaba la puerta del despacho.

Andrea: Sí mamá... Yo solo vine a revisar unos documentos del rancho. Pero, ya terminé. En seguida voy por él. – Dijo tratando de sonar naturalmente.

Cayetana: ¡Ay, Andrea! ¿Qué hago contigo? Estás trabajando mucho, mi amor. Hija, necesitas tomarte unas vacaciones. Tú tienes que disfrutar como las chicas de tu edad y no vivir encerrada en una oficina todo el tiempo. Desde que te fuiste vivir en la ciudad, casi no vienes a vernos, te extrañamos mucho, mi niña. – Dijo, se notaba la emoción en su voz. Andrea frunció el ceño, también extrañaba mucho a su familia y sabía que su madre tenía la razón. Samuel la miraba, admirando sus facciones.

Andrea: Lo tomaré en cuenta, mamá. ¡Te lo prometo! Y bueno, aunque no lo diga con frecuencia... Yo también los extraño mucho. – Dijo con sinceridad.

Cayetana: Te quiero, mi vida. - Dijo emocionada. - Voy a decirle a tu abuelo que pronto vendrás. No te tardes, cielo. – Dijo, podía escuchar sus tacones por el pasillo, mientras se alejaba de allí.

Samuel: Andrea, por favor, no te vayas. Tenemos que hablar. - Suplicó, mirándola a los ojos.

Andrea: Ya todo está dicho. – Dijo seria, intentando salir del despacho, pero Samuel la agarró por el brazo.

Samuel:  ¡No! Por supuesto que no... Y no me compares a Fernando porque no somos iguales. Andrea, yo nunca quise hacerte daño, te lo juro. Créeme, por favor. – Dijo con los ojos aguados.

Andrea: Pero me hiciste daño, Samuel. Me has lastimado al igual que él. No quiero escucharte, ya déjame en paz, por favor. - Dijo intentando no mirarlo a los ojos, era muy difícil no perderse en su mirada.

Samuel: Mírame, por favor. - Suplicó.

Andrea: No... - Dijo, mientras sus lágrimas empezaban a deslizar por sus mejillas.

Samuel: Andrea, yo te amo. – Susurró, atrapando su rostro entre sus manos, haciéndola mirarlo a los ojos, Samuel limpió sus lágrimas con sus pulgares.

Andrea: Tú no puedes decirme eso, Samuel. - Dijo sollozando.

Samuel: Lo siento, Andrea. Pero es la verdad, te amo. - Dijo con ternura. – Te amo... - Susurró, acortando la distancia entre ellos.

Andrea: Cállate... - Susurró, poniendo su mano derecha en el pecho de Samuel, en un intento de apartarlo. Pero fue en vano...

Samuel: No... Yo ya me he callado por mucho tiempo. – Y sin decir más, Samuel la agarró por la nuca y unió sus labios a los de ella. La besó despacio, con ternura, y sintió como poco a poco Andrea empezó a mover sus labios, correspondiéndolo con la misma intensidad. Bajó sus manos por la espalda de ella con suavidad, acariciándola y estrechándola más hacia su cuerpo. El beso dulce se volvió cálido y apasionado. Samuel sintió como las manos de Andrea acariciaban su pelo, mientras profundizaban su beso, sus lenguas se buscaban con urgencia, mientras sus cuerpos reaccionaban a sus caricias, sus respiraciones se volvían agitadas al igual que los latidos de sus corazones. Samuel la besó con muchas ganas, quería demostrarle en este beso todo lo que ella lo hacía sentir.

 Samuel la besó con muchas ganas, quería demostrarle en este beso todo lo que ella lo hacía sentir

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