Capítulo Final - Parte 3/3

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Los chicos fueran muy puntuales, en menos de treinta minutos ya estaban todos arregladitos y muy guapos. Samuel y Andrea llevaron sus hijos para el paseo que habían planeado, iban a disfrutar de una tarde de ruta verde, con trillas ecológicas, cascada y el tan esperado paseo a caballo. Andrea se quedó en la cascada con sus hijos, mientras Samuel llevó a su hija Valentina a hacer un recorrido por el área con sus caballos, la niña veía a todo con mucha ilusión.

Valentina: Mi mamá tenía razón, ese lugar es muy lindo, gracias papi. Nunca me voy a olvidar este día. – Dijo con una sonrisa, tenía la mirada fija en el paisaje.

Samuel: ¿Estás feliz, mi niña? – Preguntó mirándola con una sonrisa.

Valentina: Sí, mucho. Aquí me siento en casa. – Dijo mirando a su papá.

Samuel: Cada día te pareces más a tu madre. – Dijo sonriendo.

Valentina: ¿En serio? – Preguntó con los ojos brillando, su padre asintió.

Samuel: Sí, eres igualita a Andrea, hasta cuando te enojas. – Dijo no conteniendo su risa. Su hija arqueó las cejas y entreabrió sus labios. – Y bueno, como yo no quiero verte enojada, mejor nos vamos con tu mamá y tus hermanos. – Dijo divertido.

Valentina: Eso no es gracioso. – Dijo seria, entrecerrando los ojos.

Samuel: ¿Ves? Eres mi mini brujita. – Dijo riéndose. – Ok, no te enojes, te quiero hija. Eres mi princesita. – Dijo mirándola.

Valentina: Yo también te quiero mucho, papi. – Dijo sonriendo.

Padre e hija cabalgaron hasta la cascada donde su familia los esperaba. Nachito y Martíncito estaban jugando en el agua, mientras su mamá los estaba mirando desde la orilla de la cascada, Andrea tenía a su hija menor en brazos. Los niños llamaron a su mamá para que se juntara a ellos en el agua, la abogada atendió al pedido de sus hijos. La pequeña Aurora se veía muy contenta en los brazos de su mamá, cuando vio a Nachito la niña se abalanzó a los brazos de su hermano mayor mientras Andrea los miraba con una sonrisa. Nachito cargaba a su hermanita con mucho cuidado, al igual que Martín, sus niños estaban siempre muy pendiente de ella y de sus hermanitas, en eso salieron a su papá, eran muy tiernos y atentos.

Cuando Samuel y Valentina llegaron a la cascada se encontraron con Andrea y los niños jugando en el agua. Samuel ayudó su hija a bajarse del caballo y los dejó libre para descansar y tomar agua. Buscó a su hija y vio como ella corría hacia su mamá y sus hermanos en el agua y él no pensó dos veces para hacer lo mismo, se quitó las botas, su pantalón y su camisa, desde el agua, Andrea lo miraba con una sonrisa juguetona mientras lo veía caminar hacia ella.

Samuel se estaba acercando a su esposa en el agua para darle un beso cuando sintió como su hijo Martín le saltó en la espalda, hundiéndolo en el agua, mientras Andrea se echaba a reír a carcajadas junto a sus hijos.

Samuel: Esto es una trampa, me pegaste desprevenido... - Dijo pasando las manos por la cara, mientras sumergía en el agua.

Martín: Papá, después tú besas a mi mamá, ahora vamos a jugar una carrera hacia el otro lado de la cascada. – Dijo mientras sus hermanos asentían.

Samuel: Ahora quieren controlar hasta los besos que te doy. – Dijo mirando a su esposa con incredulidad, mientras Andrea maneaba la cabeza.

Andrea: Escuchaste a tus hijos, ve a atenderlos, yo puedo esperar... - Dijo divertida.

Samuel: Pero yo no... Así que, venga para acá, mi brujita! – Dijo agarrándola por la cintura y acercándola hacia él, pegando sus cuerpos, escuchó su risa antes de unir sus labios a los de su esposa en un beso apasionado. Sintió las manos de su mujer rodeando su cuello, acariciando su nuca mientras le correspondía el beso. Los niños empezaron a quejarse, impacientes esperando a su papá. – Ya dejen de ser pesados... Cuando sean mayores me van a entender. - Dijo después del beso echándoles agua a sus hijos, mientras los niños se reían.

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