Samuel se acercó a la camilla de Andrea, se sentó en la silla y la tomó de la mano. Se quedó velando su sueño toda la noche. Cuando él se despertó los rayos solares ya invadían aquella habitación, abrió los ojos y se encontró con la mirada de su novia.
Samuel: No sabes cómo me alegra verte despierta, mi amor. ¿Cómo te sientes? - Preguntó acariciando su mentón.
Andrea: Esa es una pregunta difícil de contestar... Físicamente muy adolorida y emocionalmente me siento rota. - Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Samuel: Ey... No, brujita no te pongas así, por favor. - Dijo levantándose de la silla y sentándose en la orilla de la camilla. Atrapó el rostro de su novia entre sus manos, le dolía mucho verla así. - No puedo imaginar lo que estás sintiendo, pero aquí me tienes para lo que necesites. - Dijo buscando su mirada.
Andrea: Me siento muy triste Samuel... Mi alma duele mucho más que estos golpes. Quisiera que todo lo de anoche fuera una pesadilla. - Ella empezó a sollozar. Samuel frunció el ceño angustiado, mientras limpiaba las lágrimas de su novia con sus pulgares. - ¿Cómo le voy a decir a mi mamá y a mis hermanas todo lo que ese monstruo hizo con nuestra familia? Yo iba a estar en aquel vuelo, pero tuvimos un problema en el bufete y mi papá me pidió que me quedara.... - Lo miró a los ojos, sintiendo las caricias de los pulgares de su novio en sus mejillas. - ¿Y Sofía? Ella va a sufrir muchísimo, se va echar la culpa... No sé si puedo con todo esto. - Dijo mirándolo, Samuel tomó las manos de Andrea.
Samuel: Claro que puedes, mi amor. - La miró a los ojos. - No estás sola, te puedes apoyar en mí, eres la mujer más fuerte que yo conozco, Andrea. Sé que estás sufriendo mucho y me duele el corazón verte así. Pero vamos a sacar fuerzas para seguir adelante, tú y yo, juntos. - Dijo dulcemente. Andrea lo miró a los ojos, alzó su mano y acarició la mejilla de su novio, Samuel tomó su mano y la llenó de besitos dulces, ella sonrió tristemente.
Andrea: No sé lo que sería de mi vida sin ti... - Dijo sin despegar su mirada de él. - Gracias, por siempre estar conmigo, mi amor. - Acarició la barbilla de su novio. - Y por salvarme una vez más... Te amo, Samuel. - Dijo con los ojos aguados.
Samuel: Pase lo que pase yo siempre voy a estar contigo, mi brujita. Eres el amor de mi vida y yo te amo más que todo, ya lo sabes. - Dijo mirándola con intensidad y Andrea asintió con una pequeña sonrisa. - Perdóname por no haber llegado antes de que aquellos miserables te hicieran daño. - Dijo acariciando sus golpes con la yema de sus dedos.
Andrea: No, no tengo nada que perdonarte, mi amor. Tú me salvaste la vida, Samu. Una vez más... - Dijo con una pequeña sonrisa, mientras acariciaba el rostro de su novio. - Si no fuera por ti yo podría... - Decía cuando él la interrumpió.
Samuel: No, no lo digas... Ni lo pienses, mi amor. Me muero si algo te pasar, Andrea. - Susurró y ella lo miró enternecida. - ¿Dime lo que puedo hacer para que te sientas mejor? - Preguntó acariciando su mejilla con la yema de sus dedos.
Andrea: Dame un beso y abrázame Samuel, dime que todo va a estar bien, cálmame como sólo tú lo sabes hacer. - Dijo mirándolo a los ojos intensamente.
Samuel: Es lo que más deseo, pero no quiero hacerte daño... - Dijo haciendo pucheros.
Andrea: Tú nunca me harías daño... - Susurró, acariciando su barbilla con la yema de sus dedos. - Bésame, Samuel... - Susurró dulcemente, entonces él se fue acercando despacio a su rostro sin despegar su mirada de ella.
Samuel: Todo va a estar bien, mi brujita. Confía en mí... Te amo. - Susurró muy cerca de sus labios.
Andrea: ¿Sí? - Preguntó mirándolo a los ojos mientras acariciaba su mejilla con su mano.
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Las Leyes Del Amor
Fiksi PenggemarAndrea Del Junco es una joven abogada, exitosa, hermosa y muy atractiva. Una mujer que tenía todo para ser feliz, pero un dolor del pasado, la convirtió en una mujer fría y amargada. Para ella, todos los hombres son iguales a Fernando Morales, su ex...