Capítulo 48

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Samuel y Andrea desayunaron en la cocina y hablaron de lo que iban a hacer en su día. Samuel la dejaría en su oficina y después atendería a sus compromisos, tendría que irse al juzgado para ver cómo andaba el proceso en que estaba trabajando. Él quería pasar el día con Andrea, pero hoy no iba a ser posible sus agendas estaban llenas.

Samuel: Te quería proponer algo... Bueno, la verdad, quería hacerte una invitación, pero no quiero que pienses que tengo segundas intenciones... - Se veía nervioso. Andrea alzó la ceja derecha analizándolo, su novio se veía gracioso. Ella se tomó un sorbo de su zumo de naranja y siguió escuchándolo. - Planeaba decirte anoche en el restaurante... – La miró a los ojos.

Andrea: ¿Qué pasa, Samuel? Puedes hablarme con confianza. Jamás pensaría eso de ti, bobito. Dime, ¿Qué me quieres proponer? - Preguntó divertida, tomó su mano, tranquilizándolo.

Samuel: Quería invitarte a hacer un viaje conmigo... Quiero llevarte a un lugar hermoso y tranquilo. Alejarnos por unos días del trabajo, de los problemas... De todo. - Decía nervioso, Andrea lo miró con mucha ternura, ella también deseaba eso. - Pero no quiero que pienses que yo... - Decía cuando ella atrapó su barbilla entre sus dedos y lo calló con un beso dulce.

Andrea: Por supuesto que acepto tu invitación, mi amor. Pero en esta semana no va a ser posible, tengo juicio y algunas juntas pautadas que no puedo posponer. - Dijo después del beso, mirándolo a los ojos. - Pero en la otra semana estoy libre, ¿Qué te parece? – Lo miró a los ojos y Samuel asintió.

Samuel: ¡Perfecto! Entonces, en la próxima semana, tú y yo, nos vamos de viaje, mi brujita. - Dijo con una gran sonrisa.

Andrea: Te preocupas por mí, pero también necesitas un descanso, tú estás trabajando mucho, mi amor, y aún estás pendiente de mí... - Acarició la mejilla de su novio. - No sabes cómo valoro todo lo qué haces, Samuel.  - Dijo mirándolo con sinceridad.

Samuel: Yo estoy bien... No quiero que te preocupes conmigo. - Dijo acariciando su mejilla, la miró con mucha ternura.

Andrea: Eso es imposible Samu... Yo te amo. Claro que me preocupo por ti. - Dijo mirándolo a los ojos con ternura. Samuel acarició el mentón de su novia con la yema de sus dedos.

Samuel: No sabes cuánto te amo, mi brujita. - Dijo sonriendo, mientras se acercaba para besarla despacio en los labios.

Andrea: Además, yo creo que necesitamos ese tiempo para nosotros, ¿No te parece? - Dijo después del beso, acariciando su mejilla.

Samuel: Andrea, yo te respeto mucho y no quiero que te sientas presionada a hacer nada de lo que no tengas voluntad. - Dijo buscando su mirada.

Andrea: Tú eres de estos hombres que están en extinción, ¿Lo sabes? Eres único, mi amor. - Dijo mirándolo con una sonrisa. - Y no me estás presionando, Samuel. Yo también deseo estar contigo. Espero que este viaje sea inolvidable para los dos. - Dijo acariciando su mejilla, mientras lo miraba con dulzura.

Samuel: Ya sueño con ese día. - Dijo sonriendo.

Andrea: Yo también, mi amor. - Dijo mirándolo con una sonrisa. Samuel apoyó su frente a la de ella, atrapó su rostro entre sus manos y la besó en los labios con suavidad.

Samuel: Eres la mujer de mi vida... - Susurró en sus labios, antes de volver a besarla. Unos cuantos besos después...

Andrea: Hoy volveré al rancho... Una noche más en la ciudad y mi mamá se pone el grito en el cielo. - Dijo divertida. Samuel hizo pucheros.

Samuel: ¿Ella siempre ha sido así contigo? Digo, tú has vivido aquí sola por un buen tiempo, ¿No? - La miró a los ojos.

Andrea: Esto es lo más raro, mientras yo estaba soltera mi mamá nunca se ha quejado, debe pensar que estamos viviendo juntos. –  Ella maneó la cabeza divertida.

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