Capítulo 57

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Estos dos 🔞😏
⚠️ADVERTENCIA: +18⚠️
🔥🔥🔥

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Isla de Maui, Hawái.

Los rayos solares empezaban a traspasar el tejido fino de las cortinas iluminando aquella habitación dónde anoche aquella pareja que ahora dormía profundamente se había entregado de cuerpo y alma el uno al otro.

Samuel la tenía abrazada por la espalda, mientras las sábanas cubrían sus caderas, estaban con las piernas entrelazadas y su barbilla estaba apoyada en la curvatura del cuello de su novia, su brazo izquierdo rodeaba la cintura de Andrea y los dedos de su mano derecha estaban entrelazados a los de ella.

Él podía sentir la calidez de sus cuerpos abrazados mezclándose con la luz de los rayos solares, poco a poco Samuel fue despertando, aún sin creer en todo lo que había vivido con ella, no fue un sueño, todo lo contrario, fue una hermosa realidad.

Samuel se quedó admirándola con una sonrisa tierna en sus labios, no quería despertarla, así que con mucho cuidado él empezó a moverse para salir de la cama y prepararles el desayuno, se acercó al ropero, se puso el bóxer y se fue al baño, él se miró al espejo con una sonrisa de oreja a oreja, antes de cepillarse los dientes.

Cuando volvió a la habitación su brujita seguía plácidamente dormida, tumbada boca abajo, con las sábanas enredadas por sus caderas, él podía ver toda la extensión de su espalda desnuda, una sus piernas largas estaba doblada y parcialmente al descubierto.

Se mordió el labio inferior involuntariamente, tuvo ganas de despertarla y volver a hacerla suya otra vez. Maneó la cabeza y salió de la habitación para prepáreles el desayuno, ya habría tiempo para amarla una vez más.

Hoy había planeado llevar a su brujita en un paseo por el Parque Nacional de Haleakalã, era una ruta verde con un paisaje espectacular,  bellas cascadas y un mirador dónde podrían ver el atardecer del mejor punto de la isla.

Mientras sacaba las cosas de la nevera iba canturreando una canción, empezó a picar las frutas, ya había separado los cereales y el yogur mientras esperaba las tostadas de aguacate quedaren listas. Encendió el fogón y puso el sartén para preparar el revuelto de huevos con jamón dulce y queso.

Andrea buscó a su novio en la cama con sus brazos, aún con los ojos cerrados, se despertó cuando no lo sintió en su espalda, extrañaba sus brazos alrededor de su cuerpo. Se volteó y se arropó con las sábanas, se quedó mirando al techo, después dio un vistazo por la habitación y vio sus ropas tiradas por el suelo. Andrea sonrió al recordar la noche maravillosa que pasó con su amor. Ella pasó las manos por su pelo y se levantó de la cama, recogió la camisa de Samuel del suelo, se la puso y se fue al baño, cepilló los dientes antes de salir a buscar su novio por la casa.

Bajó las escaleras y sonrió al escuchar los sonidos que venían de la cocina, se acercó de puntitas sin hacer ruidos, se asomó a la puerta de la cocina y sonrió ampliamente. Samuel estaba de espaldas canturreando una canción, moviendo sus caderas, mientras hacía el desayuno llevaba puesto sólo sus bóxers. Se mordió el labio inferior admirando lo sexy que se veía su novio... Tenía un dilema en su mente: se quedar allí parada mirándolo, o unirse a él, eligió la segunda opción.

Caminó hacia él y lo abrazó por la espalda, mientras besaba suavemente su hombro, su cuello y su mejilla. Samuel sonrió cuando sintió las manos de su novia en su pecho.

Samuel: Andrea... - Sonrió inclinando la cabeza a un lado para mirarla a los ojos. - Ya despertaste, mi amor. Iba a llevarte el desayuno en la cama... – Dijo sonriendo.

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