Las Leyes Del Amor

Capítulo 100

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Bueno, hoy ando contenta... Así que vamos de capítulo especial con la boda de SamDrea, sé que tardó un poco, pero al fin llegó el momento de celebrar el amor de estos dos. 🙌🏻😍💙

El cumpleaños es mío, pero el regalo se lo llevan ustedes😅🥳🎈🎂✨

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Andrea despertó en su habitación en el Rancho Del Junco, y ya empezaba a mirar para todo a su alrededor con un filtro de nostalgia, en este lugar había vivido momentos hermosos junto a su familia, pero también había sido testigo de sus lágrimas, de su silencio y de la soledad que vivió antes de conocer a Samuel.

Hoy se casaría con el hombre que cambió su vida por completo, que le enseñó lo que es el amor verdadero, el hombre con el cuál formaría su familia y que con su dulzura y su paciencia supo conquistarla.

Andrea abrió una gran sonrisa recordando el día que se conocieron en la preparatoria y años después cuando se toparon en el bar. Ella aún no recordaba todo lo que había pasado aquella noche en el hotel sólo un par de momentos fuera de orden.

Andrea: Tu mami fue muy terca con tu papá al principio... - Ella empezó a reír mientras acariciaba su vientre. - Pero para mi suerte y la de ustedes, él nunca se rindió. Ese es su papá, un hombre correcto en todos los sentidos, capaz de dar su vida por lo que más quiere, y no tengan dudas que él nos quiere mucho. - Dijo mirando por la ventana de su habitación.

Don Felipe: Al igual que yo a ti, mi niña. - Dijo mirándola con una sonrisa. Andrea se volteó para encararlo. Su abuelo tenía a un hermoso ramo de rosas en las manos.

Andrea: Ya lo sabes, ¿verdad? - Preguntó con una sonrisa de lado, Don Felipe asintió. – ¿Son para mí? – Preguntó con la mirada fija en las rosas.

Don Felipe: Me di cuenta hace un par de días... - Dijo sonriendo. – Y sí, las rosas son para ti, un regalo más de tu futuro marido. – Dijo divertido. Andrea recogió el ramo de rosas y olió su perfume, sonrió al leer la nota de Samuel, siempre tan dulce y detallista.

"Hoy escribimos un capítulo más en nuestra historia, mi brujita. Que sea dulce como tu mirada, hermosa como tu sonrisa y inolvidable como el amor que yo siento por ti. No veo la hora de encontrarte en el altar..."

Te amo.

Tu futuro marido, Samuel Gallardo.

Andrea: ¿Ya se me está notando? - Ella puso su mano derecha en el vientre, Don Felipe negó con una sonrisa. - Entonces, ¿cómo te diste cuenta? - Miró a su abuelo con curiosidad.

Don Felipe: Por tu carita... Tienes una carita de embarazada que no puedes con ella, además noté que hace unos unos días empezaste a poner ropas más largas, que no te marcan la cintura, ya no te veo de pantalones.... Y la primera cosa que hacías cuando venías al rancho era ensillar a tu caballo y salir de paseo, y hace mucho que no haces eso. Eso me recordó cuando tu abuela me dijo que estaba embarazada de tu mamá. Te pareces mucho a ella... - Dijo con nostalgia, acariciando el mentón de su nieta.

Andrea: Eres muy inteligente mi viejito bello, por eso eres un gran general. Yo también la extraño mucho... Sabes, no pensaba que esto pasaría así tan temprano, no fue algo planeado, aunque era un deseo de los dos en el futuro, pero te confieso que estoy muy feliz, abuelo. Me siento lista para dar este paso con Samuel, espero hacer las cosas bien y ser una buena madre. - Dijo sonriendo.

Don Felipe: No tienes que decírmelo, se te nota en la mirada, mi niña. Y yo no tengo dudas que tú y Samuel van a ser excelentes padres. - La miró con una sonrisa. - No sabes lo feliz que me puse, cuando me enteré que voy a ganar dos soldaditos más para mis tropas, esto es increíble. - Dijo divertido.