Capítulo 105

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Samuel y Andrea se la pasaron casi todo el día compartiendo con su familia en el rancho Del Junco. La pareja también aprovechó el momento para comunicarles los planes que tenían de unir sus bufetes, claro, si obtuvieran la aprobación de toda la familia, la respuesta fue unánime, todos votaron por la unificación de los bufetes Gallardo y Del Junco.

Rancho de Samuel y Andrea

Andrea estaba en su habitación, terminando de arreglarse para bajar al comedor, cuando ella llegó a la cocina, Samuel la hizo quedarse sentada en la silla, mientras él se encargaba de finalizar la cena, no podía negar que su marido se veía muy adorable, él la cuidaba y la hacía sentirse como una reina. Andrea lo miró con un brillo en los ojos, cuando Samuel se dio cuenta de la mirada de su mujer, le sonrió divertido.

Samuel: ¿Puedo saber qué es lo que tanto miras, mi amor? – Preguntó con una sonrisa de lado, mientras se acercaba a ella.

Andrea: ¿Qué más iba a ser? Estoy mirando a mi marido. – Dijo, mientras rodeaba la cintura de Samuel con sus manos. – El hombre guapo y dulce que tengo aquí delante de mis ojos... Te miro y todavía no puedo creer que estamos en nuestra casa, y que muy pronto ya no estaremos solos. – Dijo mirándolo a los ojos. Samuel posó su mano derecha en el vientre de su mujer, mientras le daba un beso corto en los labios.

Samuel: Y aún me dices que no eres dulce... - Susurró después del beso y Andrea sonrió. - Tenías toda la razón cuando dijiste que mi suegra era imprevisible, jamás pasó por mi cabeza que ella iba reaccionar de esa manera tan peculiar... Pensé que cuando ella se enterase de que te embaracé antes de casarnos, me iba mandar a fusilar. - Dijo divertido mientras acariciaba la mejilla de su esposa, Andrea maneó la cabeza sin contener su risa.

Andrea: Créeme, a mí también me sorprendió mucho su reacción, pensé que mi mamá iba a hacer un escándalo al igual que lo hizo con nuestros hermanos, pero no, ella que nos sorprendió a todos, a pesar de su desmayo, yo creo que mi mamá se tomó muy bien la noticia, casi no nos regañó. - Dijo divertida. - Hoy fue un día hermoso y yo me siento muy feliz. – Dijo acariciando la barbilla de su marido y dándole un besito suave en sus labios.

Samuel: Que bueno, ¿no? Escapamos de la furia de la suegra. - Dijo divertido después del beso. - Y yo también estoy feliz, ya no aguantaba más tener que ocultar que voy a ser papá. – Dijo sonriendo. - ¿Tienes hambre? – Preguntó, mientras le daba un beso tierno en la nariz.

Andrea: Yo siempre tengo hambre, tus hijos no me dan un respiro, ya lo sabes... – Dijo haciendo pucheros y Samuel abrió una larga sonrisa.

Samuel: Pues, yo preparé algo muy rico para la cena, creo que nuestros hijos quedarán satisfechos, y tú aún más. – Dijo mirándola divertido.

Andrea: No tengo dudas, esto se ve espectacular... - Dijo cerrando los ojos al sentir el olor que desprendía de la comida.

Samuel: Esto porque aún no viste el postre que te preparé...  - Andrea alzó las cejas y entreabrió los labios. – Sólo te voy a decir que tiene chocolate. – Dijo divertido.

Andrea: Te amo... - Dijo mordiendo el labio inferior suavemente.

Samuel: Lo sé... Pero, yo te amo mucho más. – Dijo divertido.

Andrea: Eso no es una disputa, Samuel. - Dijo sonriendo, mientras atrapaba la barbilla de su marido con la yema de sus dedos.

Samuel: Bueno, no importa, ya me declaro derrotado, así que te doy permiso para que hagas conmigo lo que tú quieras... - Susurró mirando a los labios de su mujer. Andrea sonrió divertida mientras agarraba la nuca de su marido y lo besaba apasionadamente.

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