Capítulo 22

1.8K 55 20
                                    

Nueva York

Samuel había tenido un día muy largo y agotador, el problema era más serio de lo que pensaba, uno de los abogados del Bufete de su padre había cometido un error en un proceso muy importante. Samuel no tuvo otra opción a no ser sustituirlo, no podría dejar que un error como ese manchara la reputación del bufete de abogados de la familia Gallardo. Pasó todo el día revisando documentos, declaraciones de testigos, intentando cubrir todas las fallas del proceso. Mientras estudiaba las leyes y las estrategias que seguiría, él no dejó de pensar en Andrea, tenía ganas de saber como estaba su brujita, deseaba verla y estar con ella, pero no quería presionarla. Cuando llegase a su departamento, llamaría a su hermano para obtener noticias de ella.

Cuando Samuel llegó a su casa, miró a su alrededor, todo se veía tan frío y vacío, él ya no se reconocía en este lugar. Quería terminar su trabajo lo más pronto posible y regresar a Houston. Pidió una pizza, se duchó y puso ropa cómoda.

Estaba en su habitación, acostado en su cama cuando empezó a sonar su celular. No pudo creer cuando vio el nombre de "Andrea Del Junco" en la pantalla.

Samuel: Bueno...  - Dijo, contestando la llamada.

Andrea: Buenas noches, Samuel. – Dijo. Ella sentía que su corazón iba a salir de su pecho, debido a la fuerza de sus latidos. – Soy yo... Andrea. - Dijo, en un susurró.

Samuel: Andrea... - Dijo con una gran sonrisa. – Que sorpresa, no esperaba tu llamada. ¡Buenas noches! – Dijo visiblemente feliz.

Andrea: Te pido disculpas, sé que es tarde y puedes estar ocupado. Bueno, espero no estar molestando. – Dijo nerviosa, mientras pasaba sus dedos por su cabello.

Samuel: De ninguna manera. Además, para ti yo siempre tengo tiempo. - Dijo, y Andrea sonrió. - No hace mucho que llegué, tuve un largo día... Me alegra escuchar tu voz. – Dijo con sinceridad. - ¿Cómo estás, te sientes mejor? – Preguntó preocupado.

Andrea: Sí, no te preocupes... Estoy bien, gracias. - Sonrió. - Mañana tendré alta. – Dijo.

Samuel: Me alegra mucho saberlo. – Dijo con una sonrisa.

Andrea: Sofía me dijo que tuviste que salir de viaje... - Decía, cuando él la interrumpió.

Samuel: Así es, mi padre me pidió para hacerme cargo de una causa aquí en Nueva York. Pasé el día estudiando el proceso. – Dijo. Lo sintió cansado. – Iba a pasar en el hospital para saber cómo estabas, pero lamentablemente no pude. Tuve que coger el primer vuelo hacia Nueva York. - Dijo, algo frustrado. - Pero me alegra mucho saber que ya te sientes mejor. – Dijo. Andrea sonrió.

Andrea: Por eso te llamé... Me enteré que fuiste mi héroe y te estoy llamando para agradecerte. No sé cuándo nos volveremos a ver en persona. Así que, lo haré ahora, yo no recuerdo muy bien lo que pasó, pero Sofía me dijo que si estoy viva es por tu causa... Gracias por salvar mi vida. Nunca olvidaré lo que hiciste por mí, Samuel. – Dijo, con sinceridad. Y él sonrió.

Samuel: No tienes que darme las gracias, Andrea. Yo lo volvería a hacer mil veces. - Dijo, y ella sonrió. - Pero confieso que tuve mucho miedo cuando vi que no reaccionabas. – Dijo con sinceridad.

Andrea: Por supuesto que tengo que agradecerte, Samuel. Sino fuera por ti, tal vez hoy no estuviera aquí. No sé cómo me caí allí no recuerdo muchas cosas de esa noche. – Dijo.

Samuel: Andrea... - Dijo.

Andrea: ¿Dime? – Dijo.

Samuel: Sobre lo que te dije en el despacho... - Decía cuando ella lo interrumpió.

Las Leyes Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora