Capítulo 96

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Días después...

Andrea estaba en el rancho de Sofía y Arturo, sus hermanos los habían invitado a almorzar junto a Flavio y Irina, la abogada estaba con su sobrino en brazos, jugando con las manitas del bebé, mientras charlaba con sus hermanas, diciéndoles lo ansiosa que estaba por la cercanía de su boda, faltaba sólo una semana para el gran día.

Samuel había preparado una sorpresa para su brujita con la ayuda de sus hermanos.

Flavio: Hermanito, tú no necesitas de la inspiración de ninguna película romántica... A mi cuñadita le va encantar la sorpresa. – Dijo divertido, mientras Samuel miraba a sus hermanos con una sonrisa.

Arturo: Un ramo de rosas todos los días ya no es suficiente. – Dijo tocando el hombro de su hermano.

Samuel: Para mi brujita, no. Ella se merece todas las rosas del mundo. – Dijo con la mirada fija en su futura esposa, sus ojos brillaban observando como ella jugaba con su sobrino ahijado.

Flavio: Uy, pero que hombre tan enamorado, es mi hermano! – Dijo divertido.

Samuel: Así es, tu hermano está completamente hechizado por esa mujer, la ama más que a su vida. – Dijo mirándolo.

Arturo: Pero cuéntame, ¿El rancho que compraste ya está listo para recibir a ti y a tu futura esposa? – Preguntó.

Samuel: No, aún no, el rancho necesita algunos cambios, pero cuando regresemos de la luna de miel ya todo estará listo. – Dijo mirando a su hermano.

Sofía tuvo que llevar Arturito a su habitación para cambiarlo y sus hermanas la acompañaron.

Irina: ¿Cómo es posible que alguien tan pequeñito y tan lindo, produzca algo con este olor tan horrible? Ay no, que feo huele eso! – Dijo tapándose la nariz y haciendo una mueca, mientras Sofía limpiaba Arturito y cambiaba su pañal.

Andrea: No seas exagerada, güera. Así son los bebés. – Dijo sonriendo.

Sofia: A ver si vas a decir lo mismo cuando tengas a los tuyos. – Dijo mirándola divertida.

Irina: Bueno, para eso aún falta muchos años... No pienso en ser madre tan temprano, todavía soy muy joven y quiero disfrutar de mi carrera, no tengo prisa para ser madre, pero tengo prisa para ser tía, así que, por favor, no te tardes Andrea. – Dijo mirando a su hermana, que empezó a toser.

Andrea: ¿Qué estás insinuando? - Preguntó nerviosa. Tenía que disimular mejor.

Irina: No estoy insinuando nada, te estoy diciendo claramente que quiero ser tía temprano, así que apúrate. Habla con mi cuñado y ponte las pilas en la luna de miel. - Dijo mientras Andrea sentía como sus mejillas se ponían rojas.

Sofía: No la asustes, güera. Mira como se puso pálida. – Dijo divertida. – Déjala disfrutar primero del matrimonio, ¿imagina si te pasa lo mismo que yo y te quedas embarazada antes de casarte, flaca? – Dijo mirando a su hermana divertida, mientras Andrea abría mucho los ojos.

Irina: Mamá te dejaría viuda antes de la boda. – Dijo riéndose.

Sofia: De eso no cabe duda. Ni hablar del drama que haría nuestra madre, por un escándalo más en la familia del Junco. Otra hija embarazada antes de casarse por todas las leyes. – Dijo sonriendo.

Irina: Otra hija no, la hija predilecta, la que más se parece a ella... Eso no sería un escándalo, sería un huracán, un tsunami de alcance mundial en la escala del drama de doña Cayetana Belmonte. - Dijo se echando a reír.

Las Leyes Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora