Capítulo 112

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Meses después...

Rancho de Samuel y Andrea

Toda la familia Gallardo del Junco estaba reunida en el rancho de Samuel y Andrea para la celebración del primer cumpleaños de los mellizos, los invitados disfrutaban de la fiesta, los niños jugaban en la grama con sus amiguitos, se veía la felicidad estampada en sus rostros. Erick y Luciana estaban en una mesa junto a Don Emiliano y a sus tres hermanos menores. Juan y Adriana estaban otra mesa junto a Oliver, Luisa y sus hijos, la abogada ya estaba con sus casi nueve meses de embarazo, se quejaba por todo, el calor, los dolores, de la agitación de los niños, mientras su marido sólo se reía.

Paula y Gabrielito también estaban disfrutando de la fiesta de los mellizos, estaban de vacaciones en Houston y regresarían a Miami en un par de días.

El Juez Cristóbal y su amado Darío estaban disfrutando de la fiesta junto a sus hijos, sí porque la pareja había logrado obtener la custodia definitiva de sus sobrinos, y ahora los pequeños eran legalmente sus hijos.

Flavio y Irina bailaban en medio a sonrisas y besos que se robaban, mientras los niños de la fiesta les hacían muecas. Flavio les sacó la lengua para espantarlos y los niños salieron corriendo, mientras Irina se echaba a reír y sus hermanos maneaban la cabeza con incredulidad, estos dos eran peores que los niños.

Sofía y Arturo disfrutaban de la fiesta al lado de su hijo, se habían tomado fotos con los cumpleañeros, sus sobrinos se veían hermosos. Arturito dejó a sus papás y se fue correteando junto a sus primitos, los tres se abrazaron divertidos y sus tíos aprovecharon para registrar el momento.

Cayetana y Fernández estaban jugando con los mellizos y Arturito cuando Don Felipe, se acercó, robando todas las atenciones de sus bisnietos, que se abalanzaban hacia el general Belmonte para jugar con él en la silla de ruedas, querían disputar una carrera. Cayetana abrió mucho los ojos y casi tuvo un ataque por la imprudencia de su papá, mientras Fernández maneaba la cabeza divertido, se veían hermosos.

Andrea estaba mirando a su familia con una sonrisa, cuando sintió las manos de su marido rodeando su cuerpo, abrazándola por la espalda, sonrió al sentir los labios de Samuel en su mejilla.

Andrea: Ya me estaba preguntando a donde estaba el guapo de mi marido. – Dijo sonriendo.

Samuel: Pues, tu marido guapo te estaba buscando. – Dijo besando el hombro de su mujer. – Ya me estoy volviendo repetitivo... Pero, que hermosa estás, señora Gallardo. – Dijo sonriendo. Andrea se volteó posando las manos en el pecho de su marido. Samuel la agarró por la cintura.

Andrea: Pues, yo no me voy a quejar, me gusta escucharte decirme cosas lindas. - Dijo mirándolo a los ojos divertida, mientras rodeaba el cuello de su marido con sus manos. Samuel puso sus manos en la cintura de Andrea acercandola más hacia él.

Samuel: ¿Cómo es posible amarte cada día más, dime? – Dijo mirando a sus ojos, mientras acariciaba el mentón de su esposa. Andrea sonrió divertida.

Andrea: Bueno, debe ser porque soy irresistible... Y además, yo soy la mujer de tu vida. – Dijo mirándolo divertida. Samuel alzó las cejas y la miró con una larga sonrisa.

Samuel: No sólo eso... Andrea Gallardo, tú eres todo para mí. – Dijo mirándola a los ojos, mientras acariciaba su mejilla.

Andrea: Y tú Samuel Gallardo, eres el amor de mi vida. – Samuel sonrió. Andrea se puso de puntitas y lo besó despacio en los labios.

Irina: Ya dejen los besos para después, ahora les toca soplar las velitas con mis sobrinos. – Dijo interrumpiendo el beso de la pareja. – ¡Apúrense! Mamá está hecha una fiera, porque los papás de los cumpleañeros están retrasados. ¿Imagina si ella los cacha aquí comiéndose a besos? ¡De nada! – Decía mientras chiflaba y aplaudía.

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