Capítulo 25

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Nueva York

Samuel se encontraba con Diego y Mariana en un Bar, estaban celebrando el éxito del proceso. Logró arreglar el error cometido por Mark, también se enteró de la situación del pobre hombre, él estaba enfrentando un divorcio y la pérdida de la guarda y custodia de sus hijos, empezó a tener problemas con la bebida y se volvió adicto, entró en una fuerte depresión y él ya no tenía ganas de nada. Dejó el trabajo que tanto le gustaba a un lado, fue negligente. Samuel dijo a su padre la situación de Mark y entre los dos lo convencieron a buscar ayuda profesional. Por voluntad propia, Mark se buscó a una clínica especializada para tratar su problema. Él haría todo lo posible para ser el mejor ejemplo para sus hijos.

Samuel estaba feliz, mañana volvería a Houston, estaba loco para volver a encontrarse con Andrea, no la veía a casi un mes... Seguro ella ya había regresado de su viaje, ya que hace un par de días que no ha subido fotos en su Instagram, y desde que se fue de viaje ella siempre subía al menos una foto al día. No hubo un solo día en que él no pensase en ella, o mirase a su última conversación, respetar su tiempo fue la cosa más difícil que hizo en los últimos años, pero si él quería ganar su confianza tenía que demostrarle que todo lo que él le había confesado aquel día en la fiesta de su abuelo era verdad, que le había hablado directamente de su corazón.

Al ver sus fotos en Francia, y en todos los lugares que ella ha conocido, su mente empezó a imaginar muchas situaciones, en algunas de ellas Samuel se puso celoso, pero después recordó el  carácter fuerte de su fierecita y sonrió divertido al imaginarla espantando a todos los babosos que seguro se atrevieron a acercarse a ella.

Diego: Te dije que íbamos a celebrar. – Dijo divertido, mientras se tomaba un sorbo de tequila. – ¡Salud por eso! – Dijo.

Mariana: Acompañé la repercusión del caso en los periódicos, hiciste un gran trabajo. – Dijo.

Samuel: Gracias a los dos, me ayudaron mucho. – Dijo. – De verdad, pensé que se me avecinaba la primera derrota. – Dijo haciendo mueca, mientras tomaba un sorbo de su cerveza.

Mariana: Y qué bueno que todo se arregló con Mark, ¿Verdad? Sabía que algo le había pasado, él siempre ha sido un buen hombre. – Dijo, apoyando su cabeza en el hombro de su prometido.

Samuel: Espero que él pueda superar todo eso. – Dijo con sinceridad.

Diego: Oye, ¿Estás feliz en volver a Houston? – Preguntó cambiando el tema.

Samuel: ¿Tú que crees? Yo estaba contando los días para... - Decía, cuando ellos lo interrumpieron.

Diego y Mariana: ¡Volver a ver tu Andrea, lo sabemos! – Dijeron a la vez.

Samuel: Es que no dejo de pensar en ella... - Dijo con una sonrisa tímida.

Diego: ¡Está enamorado el muchacho! – Dijo divertido.

Mariana: Hasta los huesos. – Dijo bromeando.

Samuel: Bueno, ustedes búrlense, pero es la verdad... Estoy muy enamorado de ella. – Dijo.

Mariana: Oye, hablando en serio, espero que en tu regreso arregles las cosas con ella. Te mereces ser muy feliz, Samuel. – Dijo, con sinceridad.

Diego: Hermano, ponte las pilas y conquista de una vez a esta mujer. Deseo que ustedes sean tan felices como lo somos nosotros. – Dijo mirando a Mariana. Se veía que estaban enamorados.

Samuel sonrió, su relación con Mariana nunca llegó a ser algo carnal, eran amigos que salían juntos y se besaban ocasionalmente, ellos nunca llegaron a formalizar nada porque solo duró unas cuantas semanas. Meses después conoció a Patricia, y con ella sí, tuvo una relación carnal. Se veían unas cuantas veces en la semana y tenían sexo. Nada más que eso, no habían salidas, no compartían tiempo juntos como todas las parejas, la única intimidad que compartían era en la cama, después de cinco meses juntos Samuel se dio cuenta de que aquello nunca iba a funcionar.

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