Capítulo 8

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Andrea: Qué

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Andrea: Qué... ¿Qué haces aquí? – Preguntó poniendo distancia.

Samuel: Creo que olvidé a mi celular. – Dijo con esa sonrisa irritante en sus labios.

Andrea: Lo dejaste a propósito. – Dijo mirándole a los ojos. 

Samuel: Bueno, y si así fuera... ¿Qué? – Preguntó, acercándose a ella.

Andrea: ¿Qué pretendes? – Preguntó, dando unos pasos hacia atrás.

Samuel: ¿Solo quiero que me digas por qué no me despertaste esta mañana? Me hiciste llegar retrasado a una cita de trabajo muy importante, eso no se hace, señorita. No después de una noche tan agradable, ¿No te parece? – Preguntó, acercándose más a ella.

Andrea: Yo... Yo no me acuerdo de nada. – Dijo nerviosa, mientras sentía como su espalda tocaba a la ventana.

Samuel: ¿Estás segura de eso? – Preguntó sonriendo, mientras miraba a sus labios.

Andrea: Sí... - Dijo con dificultad, se veía muy nerviosa. Puse mis manos en su cintura y la atrajo más hacia mí.

Samuel: Bueno, entonces... – Dijo muy cerca de sus labios. – Creo que es mi deber te ayudar a recordar. – Susurró, besándola en los labios.

No pude resistir, tenerla así, tan cerca, tenía que volver a probar esos labios dulces y ahora con más razón, ahora que sé quién es ella. La besé dulcemente, en un principio ella quiso apartarse de mí, pero yo no dejé, la besé con pasión y ella se dejó llevar, siento sus manos en mi cuello y sus dedos jugando con mi pelo. Ella me corresponde con la misma intensidad y urgencia, explorando con su lengua cada rincón de mi boca, el beso se estaba subiendo de tono, como quería estar en aquella habitación de hotel y continuar lo que dejamos pendente en la noche pasada.  La deseaba, necesitaba sentir sus caricias. Nos separamos por falta de aire, la miré con una sonrisa, pero antes que pudiera decir cualquier cosa Andrea me dio una cachetada.

Andrea: ¡Jamás en tu vida volvas a hacer eso! – Dijo histérica, mientras se apartaba de él.

Samuel: ¿Pero qué te pasa? - Dijo con la mano en la mejilla. - ¿Te volviste loca o qué? - Preguntó enfadado.

Andrea: ¡Eres un aprovechado! ¡Quién te crees que eres para besarme así, como así! – Dijo mientras andaba de un lado a otro.

Samuel: ¡Tú también me has besado! Sobre todo en la noche pasada. – Dijo.

Andrea: Mira, lo que haya pasado entre tú y yo, en ese hotel... ¡Fue porque yo estaba ebria y tú te aprovechaste de mí! – Gritó enfadada.

Samuel: ¿Yo me aproveché de ti? Por favor, no me hagas reír, fue todo lo contrario, tú te aprovechaste de mí. Me rogaste para que yo estuviera contigo, para que te hiciera el amor. – Dijo.

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