Capítulo 85

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Fue una bella ceremonia, la emoción y el amor estaban en el aíre. El papá Gallardo no pudo contener sus lágrimas al igual que los hermanos de la novia, cuando el cura los declaró oficialmente casados. Las hermanas Del Junco sonreían mientras abrazaban a sus hombres, consolándolos.

Todos disfrutaban de la fiesta, los novios ya había abierto la pista de baile, las parejas bailaban y se besaban en medio a sonrisas.

Samuel estaba hablando con sus hermanos, mientras Andrea lo esperaba en los jardines, ella se apartó de la fiesta un momento, para tomar un poco de aire, se sentía cansada. Andrea estaba con una copa de champán en las manos, mirando las flores del jardín, era un lugar bellísimo y le transmitía mucha paz.

Con sólo algunos minutos alejada de todo el agito de la fiesta, ella ya estaba empezando a sentirse mejor, la celebración fue bellísima y muy emocionante.

Andrea esperaba a su prometido, cuando de pronto escuchó una voz que le heló el corazón. No era posible que estuviera teniendo esa pesadilla, se volteó y comprobó que desgraciadamente era él... Su pasado volvía de las cenizas para atormentarla una vez más, delante de ella estaba Fernando Morales, el hombre que tanto daño le había hecho. Justo cuando ella estaba en el momento más feliz de su vida ese desgraciado tenía que volver... Ella sentía como sus manos temblaban y un escalofrío recorrió su cuerpo, dejó caer a su copa de champán en el suelo, mientras Fernando la miraba con una sonrisa en los labios como si nada hubiera pasado, él intentó acercarse, pero Andrea retrocedió de inmediato, se sintió acorralada, sofocada, no tenía fuerzas para sostenerse, estaba a punto de desmayar cuando sintió esas manos que tan bien conocía, sujetándola, Andrea se apoyó en sus brazos y sintió como su cuerpo volvía a tener fuerzas, fue cuando supo que Samuel siempre iba a estar a su lado.

Samuel atrapó el rostro de Andrea entre sus manos, se certificó que su prometida estaba bien y encaró aquel hombre con desprecio. Antes que Fernando fuera capaz de decir alguna cosa Samuel le dio un tremendo puñetazo.

Samuel: ¡Desgraciado! – Dijo agarrando las solapas del traje de Fernando, volviendo a golpearlo con todas sus fuerzas. – ¡Jamás en tu vida vas a poner estas manos asquerosas encima de Andrea! – Gritó enojado.

Fernando: ¿Te volviste loco?  ¡Suéltame imbécil! – Gritó empujándolo. Fernando le pegó un puñetazo a Samuel.

Samuel: ¿Qué haces aquí miserable? – Él lo miró con odio, limpiando la sangre de la comisura de sus labios con el dorso de su mano.

Fernando: Sólo vine a saludar a mi adorable ex prometida... Si hubiera imaginado que te pondrías así tan guapa, jamás te hubieras dejado. – Dijo mirando a Andrea que no hacía más que llorar.

Samuel: ¡Maldito abusador! Cómo te atreves a hablar así a mi mujer después de todo el daño que le has hecho a ella. – Dijo volviendo a golpearlo.

Fernando: No puedo creer que ahora andas con este tipo, Andrea. Que bajo has caído... – Dijo empujando a Samuel.

Samuel: ¡Desgraciado! Vas a pagar por todo lo que hiciste a mi mujer. – Dijo enojado.

Fernando: ¡Yo no le hice nada a ella! Bueno, nada de lo que Andreita no quisiera, ¿verdad, preciosa? – Dijo mientras escupía la sangre de su boca.

Samuel: Vas a pudrir en la cárcel, ¡Miserable! – Gritó enojado.

Fernando:  No sé lo que te ha dicho Andrea, pero te mintió. Si la hubiera lastimado, ella no tendría sido mi pareja por cinco años. ¿Qué mujer se quedaría al lado de un hombre que le hace daño? – Dijo cínico.

Las Leyes Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora