Capítulo 4

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Andrea POV

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Andrea POV

Creo que el alcohol empezó a hacer efecto, no sé cómo, pero yo acepté la propuesta de Samuel, ahora estábamos en un taxi, besándonos en el asiento trasero del carro. Siento sus manos en mi nuca y yo no puedo más rechazar a sus besos y sus caricias, al contrario, yo quería más... mucho más. Ya no creía en el amor, lo que me estaba pasando con Samuel era pura atracción física, necesidad, deseo... Solo eso. Sí, tenía que ser. Era la única razón para justificar mi comportamiento tan irracional. De pronto, volví a cinco años cuando me fui a Londres para hacerle una sorpresa a Fernando, el hombre que creía ser el amor de mi vida, pero lo que vi fue a mi futuro esposo en la cama con la mujer que él me había presentado como su compañera de clases.

Fernando era mi novio desde los quince años de edad, lo conocí en la preparatoria, él era dos años mayor que yo. Me enamoré de él como una tonta, creía que él era mi príncipe, otra estupidez que había fantaseado, en ese tiempo yo solo tenía ojos para él, y sufrí mucho cuando tuvimos que separarnos por causa de la universidad, mientras yo me fui estudiar Derecho en Harvard, él se fue a Londres estudiar Medicina. Llevamos nuestra relación a distancia, y nos pusimos de acuerdo para vernos en todas las vacaciones. En nuestro primer año alejados Fernando vino a visitarme, pero en el segundo año, él me dijo que tenía muchas clases y que no iba poder venir. Entonces, me fui a Londres algunas veces en ese año. Había hecho tres meses desde la última vez que estuvimos juntos, cuando decidí hacerle otra visita, quería hacerle una sorpresa, tenía la esperanza de que con la boda las cosas iban a cambiar entre nosotros. Fue cuando lo vi con esa tipa en la cama, sentí una puñalada en el corazón, me sentí humillada, herida... Pero está no había sido la primera vez que él me traicionó, en ese día descubrí todas sus infidelidades. Él mismo lo admitió, Fernando me dijo que solo me utilizó, y que ahora que ya me había hecho suya, a él ya no interesaba más seguir con nuestra relación.

El muy desgraciado aún se burló diciendo que para lograr llevarme a la cama él tuvo que pedirme matrimonio. Jamás me había sentido tan humillada en toda la vida. No pude decir a mis hermanas lo que en realidad pasó, me daba mucha vergüenza y eso no fue lo peor... Aún me duele recordar lo que pasó cuando dejé el piso de Fernando en esa noche. Creo que de esa herída no me voy a sanar jamás. Tal vez por eso me haya alejado de todo lo que un día me ha hecho feliz. Es como si parte de mi vida haya sido una gran mentira. Luisa es la única que sabe todo lo que sufrí con Fernando, solo ella conoce a mi secreto más dolido, cuando la llamé, Luisa no pensó dos veces y tomó el primero vuelo para Londres. Siempre voy a estar en deuda con ella.

Ahora, cinco años después, estoy entrando en una habitación de hotel con un desconocido, podría hechar la culpa a los tragos y en parte, es verdad, pues el alcohol me llenó de coraje para hacer lo que no pude hacer en otras veces, entregarme a otro hombre. Pero no por amor. ¡El amor no existe! Lo haría por deseo, por necesidad de sentir las manos de este hombre tocando mi cuerpo, sé que es una locura, y que probablemente me voy arrepentir en la mañana siguiente, pero nada de eso me importaba. Quería estar con Samuel. Quería entregarme a él...

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