Capítulo 64

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Andrea se sentía muy inquieta, no sabía lo que le estaba pasando, pero de la nada empezó a sentirse angustiada, tenía una sensación muy rara en su pecho, nunca se había sentido así antes, miró a su celular y frunció el ceño preocupada, su novio aún no había llegado a recogerla.

Marcó el número de Samuel, pero él no le contestaba, intentó otras veces, pero seguía cayendo en el buzón, entonces ella llamó a su bufete y su secretaria le dijo que él ya había salido hace unos minutos. Empezó a sentirse nerviosa y decidió irse al bufete Gallardo.

Andrea manejó su coche lo más rápido que pudo, por suerte sus bufetes no se quedaban muy lejos, en menos de quince minutos ella ya aparcaba su coche en el estacionamiento del bufete Gallardo. En todo el camino, Ernesto la estaba siguiendo. Aún no habían encontrado el momento ideal para secuestrarla tal vez hoy fuese ese día.

Ella bajó de su coche y caminó apresurada por el estacionamiento. De lejos, vio al vehículo de Samuel aparcado y frunció el ceño, su novio aún no había dejado el bufete, entonces, ¿Por qué no le había contestado las llamadas? Ella se preguntaba mientras se acercaba del coche la respuesta para su pregunta vino en seguida, sintió como se le faltaba el aire cuando lo vio tirado inconsciente en el suelo.

Andrea: ¡SAMUEL! - Gritó llorando mientras se acercaba a su novio, se arrodilló junto a él y lo tomó en sus brazos, estaba muy golpeado su traje gris estaba todo manchado con su sangre. - ¡Mi amor, habla conmigo! Dime que estás bien, por favor... ¿Qué te pasó? ¿Quién te hizo eso? - Sollozaba, pero su novio no reaccionaba, su respiración estaba muy débil. - Samuel, no me puedes hacer esto, abre tus ojitos hermosos, amor. Por favor... - Le suplicaba, mientras besaba la frente de su novio, no tenía control sobre sus lágrimas. - Me prometiste que nunca me ibas a dejar sola, que íbamos a ser felices... Tú tienes que cumplir tu promesa, guapo. Aguanta, por favor... - Dijo llorando, mientras sacaba su celular y empezaba a llamar a emergencias, también llamó a Fernández.

Andrea abrazó a Samuel llorando, su novio se veía muy débil. De pronto, el aparcamiento empezó a llenarse de personas, la escena era desgarradora, todos se miraban consternados sin saber cómo pudo haber pasado algo así.

Andrea: Quédate conmigo, Samuel... - Susurró mientras acariciaba sus mejillas con sus pulgares. - Resiste, mi amor. Tú no te rindes y no va a ser hoy que lo harás. Mira todo lo que nos ha costado para estar juntos, ¿Vas a rendirte ahora? Claro que no, tú eres mi fuerza Samuel y yo soy la tuya. Yo te amo, ¿Me oyes? Te amo... Ándale, amor. Lucha, abre tus ojitos, déjame escuchar tu voz... Dime que estás bien... - Ella susurraba sollozando.

Samuel: An... An... Andrea... - Dijo con mucha dificultad. Andrea lo abrazó llorando.

Andrea: Sí, mi amor... - Dijo llorando. - Soy yo, tu Andrea. - Ella besó su frente.

Samuel: Bru... Brujita, ¿Est... Estás... Bien? - preguntó y empezó a toser agitado, la miró torpemente le costaba mucho mantenerse despierto.

Andrea: Sí, estoy bien, no te preocupes por mí... - Dijo acariciando su mejilla con sus pulgares. - Estoy aquí contigo y no te voy a dejar solo nunca... Yo te amo, mi vida. - Dijo dulcemente. - La ayuda ya está llegando... Estás muy lastimado, Samuel, no te agites, por favor. - Dijo intentando tranquilizarlo.

De pronto, se escucharon el ruido de los coches de la policía que llegaban junto a la ambulancia. Fernández se acercó a la pareja con el rostro consternado, los paramédicos se acercan para hacer su trabajo. Andrea no quería soltar a Samuel.

Fernández: Andrea, deja que los paramédicos revisen a Samuel. - Dijo mirándola con compasión. - Necesito que me cuentes lo qué pasó. - Contra su voluntad la morena se apartó de su novio, su ropa estaba manchada con la sangre de él, al igual que sus manos, tenía la mirada perdida. - ¿Andrea? - Volvió a llamar su atención.

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