Capítulo 113

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En el estacionamiento,

Isadora se veía impaciente por la demora de Samuel y Andrea, de su coche vio cuando Fernández llevó esposada a Patricia.

Isadora: ¿Esa no es la mujercita con la que estabas poniéndome los cuernos? – Preguntó mirándolo.

Fernando: No seas celosa, sólo la utilicé para sacar informaciones. Sabes bien que eres la única mujer de mi vida, todas las otras no tuvieron importancia. – Dijo mirándola.

Isadora: Quiero que me lo demuestres eso, quiero que elimines de una vez por todas la sombra de Andrea de nuestras vidas. – Dijo atrapando el rostro de Fernando entre sus manos, se miraron a los ojos con intensidad.

Fernando: La voy a matar, ¿quieres una prueba de amor mejor que esa? – Dijo sonriendo. – Te amo, Isadora. – Dijo agarrando la nuca de Isadora y besándola con mucha intensidad.

Isadora: Eres mi hombre, Fernando. Por ti, soy capaz de todo... Te amo con locura. – Dijo besándolo con desesperación. – Sabes, me gustó mucho tu nuevo rostro. – Dijo después del beso.

Fernando: ¿Me veo atractivo? – Preguntó divertido.

Isadora: Para mí no hay hombre más atractivo que tú, desde que te conocí nunca hubo nadie más, sólo tú, mi amor. – Dijo mirándolo a los ojos.

Fernando: Después de hoy, vamos a empezar una nueva vida juntos. – Dijo acariciando la mejilla de Isadora.

Samuel y Andrea siguieron en el evento, estaban teniendo conversaciones muy interesantes, habían llamado al rancho para hablar con Cayetana y saber cómo sus hijos se estaban portando. La abuela dijo que sus nietos eran unos angelitos que cenaron y jugaron con el abuelo y ahora estaban dormidos. Cayetana preguntó a Andrea si todo estaba bien con ella, porque tenía una sensación rara que no sabía cómo explicar y eso sólo le pasaba cuando su hija estaba con algún problema. Andrea dijo que todo estaba bien, que estaba disfrutando de la noche con Samuel, que habían hecho buenos negocios para el bufete, prefirió no mencionar a Patricia, no valía la pena. Cayetana colgó la llamada, pero aún se sentía intranquila, decidió hacerse un té e intentar dormirse un rato.

Después de haber bailado un par de canciones, Samuel y Andrea decidieron marcharse del evento, estaban caminando tomados de la mano hacia el estacionamiento, mientras Isadora y Fernando los observaba.

Isadora: Ahí están los esposos... - Dijo sonriendo, tenía la mirada clavada en la pareja.

Fernando: ¿Recuerdas lo que tienes que hacer? – Isadora asintió. Fernando le entregó una pistola y ella la escondió bajo la camisa. – Perfecto, no te tardes, aquí te espero con la feliz pareja. – Dijo dándole un beso corto en los labios.

Isadora salió del coche de Fernando y empezó a caminar hacia Samuel y Andrea, los vio abrazándose, Samuel estaba susurrando algo al oído de la esposa mientras esta se reía. Vio como él empezó a besarla en el cuello, mientras Andrea acariciaba la nuca de su marido. Isadora hiso una mueca y volteó los ojos aburrida. Llegó el momento de hacer la mejor actuación de su vida, ella aclaró la garganta y puso su mejor cara de sufrimiento.

Isadora: Eh... Lo siento, me da mucha pena interrumpirlos, pero se me descompuso el coche y me quedé sin batería para llamar a mi padre. ¿Me podrían ayudar? – Samuel y Andrea se voltearon para mirarla, les pareció raro que Isadora estuviera ahí, ya que no la habían visto en el evento.

Andrea: Isadora... No sabía que también estabas en el evento. – Dijo mirándola con el ceño fruncido.

Isadora: Bueno, aún soy una abogada, ¿no? Estoy en representación a la empresa de mi papá. ¿Me pueden ayudar, por favor? – No podía dejar que notaran su enojo, así que hizo lo mejor para disimular.

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