Capítulo 17 (1/3)

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Mientras tanto, afueras del Rancho Del Junco un coche negro estaba parado en la carretera su ocupante miraba todo el movimiento, la llegada y salida de la ambulancia, los coches de la familia Del Junco.

-Algo está pasando en el Rancho Del Junco. – Dijo la voz masculina.

-Claro, es la fiesta de cumpleaños del viejo estúpido ese. – Dijo el hombre del otro lado de línea.

-No, pasó algo más... Salió una ambulancia y en el coche que seguía la ambulancia estaban las hermanas de la perra esa con sus novios. – Dijo.

-Los desgraciados de los hermanos Gallardo. – Dijo con desprecio.

-¿Aun no superaste los cuernos que te puso tu ex mujer? – Preguntó burlándose.

- Cállate imbécil... Mejor averiguas lo qué pasó en el rancho. Seguro el viejo ese no aguantó la parranda y se fue para el infierno. – Dijo divertido. - ¿Y mi querida ex cuñadita, Andreíta, no la viste? – Preguntó divertido.

- Esa desgraciada aún no ha salido. – Dijo con rabia.

Leonardo: Ay Ernestito, cuanto rencor en contra de mi querida Andreíta. – Dijo burlándose.

Ernesto: ¡Esa maldita perra me quito todo! No sé por qué no me dejas matarla de una vez. – Dijo enojado.

Leonardo: Cálmate, aún no es el momento. Pronto llegará el día en que Andreíta se encontrará con su papá. Lástima que ella ya no anda en el avión de la familia Del Junco. – Dijo divertido.

Ernesto: La he seguido por todos lados y esa miserable no me ha llevado hacia dónde escondió a mi mujer y a mi hijo. – Dijo enojado

Leonardo: ¿Y para qué quieres ver a tu mujercita? ¿Para darle otra paliza? – Preguntó riéndose.

Ernesto: ¡A mí nadie me deja! Paula tendrá su merecido, y muy pronto. – Dijo cerrando su puño con rabia.

Leonardo: Las perras como tu mujer y mi querida Sofía se merecen unos buenos golpes en la cara. – Dijo con una sonrisa burlesca en los labios. – Andreíta también va a recibir su merecido por andar metiéndose en lo que no le corresponde. – Dijo cerrando los dientes para contener su odio. – Descubre para donde llevaron el viejo, seguro nuestra querida abogadita se presentará por allá. Ella adora a ese viejo inútil. ¿Sabes qué? Creo que tienes razón, llegó el momento de darle un susto real a Andreíta, nada de amenazas con tarjetitas... Hágala una sorpresita, para que sepa que la tenemos vigilada, pero no te pases ¿Eh? Aun no es el momento para darle a la abogadita metiche el deseado descanso eterno, antes la quiero ver sufrir. – Dijo divertido.

Ernesto: ¡Al fin tendré un poco de diversión, hombre! – Dijo con una sonrisa maléfica, mientras ponía su coche en marcha.

Rancho Del Junco

Oliver: ¿Estás embarazada? ¿Vamos a tener un hijo, mi amor? – Preguntó emocionado.

Luisa: Oliver, eso no cambia nada... - Dijo evitando su mirada.

Oliver: Te equivocas, eso lo cambia todo, mi amor. Nuestro hijo nos va a unir por toda la vida. – Dijo mirándola a los ojos.

Luisa: No pienso negarte tus derechos de padre... Pero con respeto a nosotros, lo que teníamos se acabó. Sigo queriendo el divorcio, me has dicho que vas a hablar con Samuel y firmaras los papeles. Espero que cumplas con tu palabra. – Dijo seria.

Oliver: Mi amor... - Decía, cuando ella lo cortó.

Luisa: Ya no me llames así, por favor. – Dijo.

Las Leyes Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora