CON EL CORAZÓN ROTO

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 98)

—¡Salta amor! Vamos no tengas miedo, no va pasarte nada!— Grité.

Andrés gritaba en lo alto de una roca, a orillas del río, tenía miedo, tenía miedo a saltar, y yo lo esperaba dentro del agua, yo amaba nadar, y Andrés lo sabía, por eso me llevaba a nadar, a pesar de que él no sabía nadar, pero yo siempre lo cuidaba, siempre estábamos juntos, no peleábamos, reíamos todo el tiempo, teníamos una relación llena de amor y confianza.

Hacia dos semanas que Valentina había regresado a Estados Unidos, Andrés y yo teníamos dos semanas de ser novios, y su ex novia Guadalupe me buscaba por todos los medios, mandaba a sus amigos para que intentaran "conquistarme", era bastante cansado, pero valía la pena, Andrés me hacía tan feliz, que por momentos puedo jurar que olvidaba que alguna vez fui la luna de un marinero que navegó en las agua de mis miedos.

Jeremy y Andrés convivían de vez en cuando, ella no hablaba con él, pero tampoco le molestaba la presencia de Andrés, para entonces Jeremy ya tenía doce, ya estaba en la secundaria, estudiaba de tarde, y Andrés y yo pasábamos las tardes enteras metidos en la cama, teníamos sexo, era bueno, lo disfrutaba, pero por ningún motivo yo alcanzaba llegar al orgasmo, y no era culpa de Andrés, de eso yo estaba segura, él era bueno en la cama, muy bueno de hecho, pero yo no podía dejar de sentir que le era infiel a Iñigo, lloraba noche a noche por la maldita culpa que sentía.

Era viernes, Andrés y yo cumpliríamos un mes de relación ese día, por lo que decidí prepararle una cena, iba saliendo del súper mercado, cuando me topé con Guadalupe, traté de ignorarla y esquivarla, no me lo permitió.

—¿Qué se siente destruir un hogar?— Me gritó frente a todos.

Yo no le respondí, seguí caminando.

—Estoy embarazada— gritó.

El corazón se me detuvo, pero no voltee a verle, seguí caminando, pero con un dolor horrible en el pecho.

Guadalupe caminó un poco más rápido, y se paró frente a mí, —te estoy hablando, estoy embarazada, tengo 3 meses y como tu noviecito no me responde, tendré que darte los análisis a vos, tomenlo como su regalo de celebración por su primer mes, de nada— dijo, dejando un sobre en mi mano.

Saqué el celular, marqué el número de Andrés, me respondió muy contento, en cuanto lo escuché hablar empecé a llorar, no pude decir nada, solo lloré, colgué la llamada, tomé un taxi y me dirigí a casa.

Entré a casa y me senté en el patio con el sobre en la mano, no tenía valor para abrirlo, me acababan de romper el corazón sin piedad alguna, no sabía que hacer o como reaccionar, estaba teniendo algo bonito, me sentía bien, sonreía mucho, y estaba a punto de perderlo.

No sé por cuando tiempo lloré, cuando tocaron a la puerta, me puse de pie y fui hacia ella, abrí y era Andrés, al verme llorando me abrazó en seguida.

—Amor, ¿qué pasa? ¿Qué te hicieron?— Preguntó.

—Guadalupe— alcancé a decir.

—¿Qué te hizo ahora? Pero es que me va conocer— dijo muy molesto.

—A mí nada, pero tenés que leer esto— dije, entregándole el sobre.

Me vio asombrado y lo tomó, lo abrió, lo leyó y lo arrugó con las manos.

—Liss mi amor, espera— dijo.

Le di un pequeño beso, para luego cerrar la puerta en su cara.

—¡Carajo, no Liss, escúchame!—

Continuará...

- Lissbeth SM.

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