¿QUÉ TANTO PUEDES SOPORTAR?

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 119)

Los siguientes días fueron normales, entre jugar con Jeremy, salir a comer con Valentina, y platicar con Ian, se acercaba navidad y mis navidades desde hace 4 años las pasaba con la misma persona, Maricela, mi mejor amiga, mi hermana por elección, la mujer que hacía mejor mis días, mi compañera se comida, de chismes, de borracheras, de todo, no podía cocinar sin invitar a Maricela a comer conmigo, Maricela es de las pocas amigas mías que son del agrado de Jeremy, bajita, cabello oscuro, ojos color café, con unas pestañas preciosas, labios gruesos y carnosos, el delirio de muchos, con pechos tamaño sandía, y con un carácter tan similar al mío, éramos con hermanas con madres distintas, tanto que yo cumplo años el 13 de julio y ella el 14.

Aún recuerdo el día que la conocí, como olvidar lo mal que nos caímos, la manera en la que nos insultamos mentalmente, nos presentó una ex amiga mía que ni siquiera vale la pena mencionar, pero bueno tengo que ponerle algún nombre así que por ahora le llamaré Sigifreda.

Sigifreda de nacionalidad Salvadoreña, que llegó a mi pueblito después de que su madre llegara para trabajar de "cocinera" en un burdel, uno de mis vecinos se enamoró de ella, sacándola de trabajar, y después trayendo a sus hijas a vivir con ellos, entre ellas vino Sigifreda, así que mi hermana Savannah se hizo amiga de ella, por lo que Sigi, llegaba a jugar a nuestra casa.

Con el paso de los años Sigi por andar de chismosa terminó con la amistad entrañable que teníamos, años más tarde me reencontré con ella en el salón de belleza donde yo pintaba mi cabello, y retomamos la amistad.

Era martes de hace 5 años atrás, cuando me topé con Sigifreda en el mercado, juego frente que la venta de licuados, iba con Maricela, Sigi me saludó muy entusiasmada, y me presentó a Maricela, en cuanto la vi, me cayó mal, y por la cara de Mari supe que yo también le había caído mal, lo extraño de todo fue que Sigi me la presentó como su mejor amiga, pero me hablaba pestes de ella, pestes que yo creía porque aún no conocía a Maricela.

Meses después Sigifreda me habló para pedirme si podíamos hacer una reunión en mi casa, ella y otras dos amigas vendrían, entre esas amigas me mencionó a Maricela, sentí cólicos cuando la mencionó, pero siempre he sido el tipo de amigas que soporta a alguien que le cae mal por amor a un amigo, así que acepté.

Llegó la noche y con ella llegaron Sigi mi amiga y sus amigas, de las mejores cosas que he hecho en mi vida, fue aceptar esa reunión en mi casa, después de unas horas compartiendo con Maricela, me di cuenta que para nada era como me la había pintado Sigifreda, Maricela esa una de esas mujeres que vale la pena conocer, es una amiga leal y sobre todo es de esas que cuando todo va mal se burla y hace chiste, hasta que empiezas a reír con ella, es una mujer que muchas envidian, pero que solo yo tengo el gusto de decir, es mi mejor amiga.

Desde entonces somos como una mafia, si una tiene dinero, las dos tenemos, si una tiene comida, las dos tenemos, si a alguna de las dos la joden la otra la defiende, nos burlamos juntas de otros, y también nos burlamos de nosotras.

Así que pasar mis navidades con ella ha hecho que odie menos, la navidad.

Comemos, bebemos y reímos juntas, así que a pesar de tener el corazón roto me hacia un poco de ilusión navidad, pero mientras llegaban los acontecimientos de navidad, aún había mucho por vivir en el mes en curso.

NOVIEMBRE 10, 2019.

«Oye Ian, ¿me dejarías endulzarte un poco la vida?»

«Ya lo haces día a día con tu amistad, Liss.»

«No fue esa mi pregunta, ¿me dejas si o no?»

«Bueno, sí, sí, sí te dejo.»

Coloqué en el buscador de Facebook, detalles en SJDL y la primera página que apareció mandé mensaje, la chica que me atendió fue muy amable, le pregunté si podía entregarle unos chocolates a un amigo, ella accedió, cuando le dije que yo era de otro país, desconfió un poco, pero luego accedió.

Es anoche me senté y tomé un cuaderno nuevo, y escribí algo para Ian, y luego está él, así se llamaba, fue así como nació uno de los poemas más hermosos que he escrito, porque Ian hizo que valiera la pena quitarse la armadura.

NOVIEMBRE 16, 2019.

Estaba hablando con Ian, estaba tan nerviosa, sabía que pronto tocarían a su puerta y le entregarían unos chocolates y una notita, la chica me mandó un mensaje diciendo que ya se los había entregado y que se había puesto súper rojo.

Valeria, ese era el nombre de la chica, ¿quién diría que ella sería mi cómplice en muchas cosas más?

«Liss, no manches, no puedo creerlo, estoy feliz, pero estoy súper rojo, nunca nadie había hecho algo así por mí, y son mis favoritos, ahora entiendo tu pregunta, no manches Liss, me siento raro, pero feliz.» dijo Ian.

Los chocolates llevaban consigo una notita que decía:

"...Y luego está él que hace que valga la pena quitarse la armadura.
Ian, te dije que te endulzaría un poco la vida.

Con cariño:

Lissbeth."

Así daría paso a una amistad casi imposible de creer.

Esa tarde Ian era feliz y yo era feliz al saberlo feliz.

Y entonces, sonó mi celular.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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