LA LOCA

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 93)

—Hola, sí soy Lissbeth, y también conozco a Andrés, pero ¿cómo sabes mi nombre y el nombre de uno de mis amigos?— Pregunté.

—Soy Guadalupe, la novia de Andrés— respondió.

En ese momento sentí la cara caliente, esta chica era la psicópata de la que me había hablado Andrés, ¿cómo sabía de mí? Y peor aún, ¿qué hacía parada afuera de mi casa, tan temprano?

—Ah si, me ha hablado de vos, pasa por favor— respondí, abriendo la puerta de mi casa, la invité a pasar a mi cocina, le ofrecí jugo, aceptó agua.

Serví el agua se la llevé a la mesa, me senté y tomé un sorbo de mi jugo.

—¿Te estás acostando con mi novio?— Preguntó.

Ahora entendía a Andrés, esta tipa era de cuidado, o al menos era la impresión que me estaba dando.

Sonreí.

—Mira Guadalupe, yo no sé que clase de mujer sos vos, para que creas que yo acabando de conocer a tu novio me voy a acostar con él, supongo que es lo que vos estás acostumbrada a hacer y por eso me haces esta pregunta— dije.

Ella intentó habla, la interrumpí.

—No, te callas, porque viniste a mi casa a decirme a esas cosas, ahora me escuchas, conocí a tu novio ayer, ¿sí estás consciente del tipo de obsesión que tenés? ¡Lo conocí ayer! ¡Ayer! Nos presentó una amiga, solo fuimos a comer, ¿y vos ya conseguiste mi nombre, mi dirección y viniste a mi casa? Viajaste 45 minutos para preguntarme si me acuesto con tu novio, no jodas, ve al psicólogo, en serio necesitas ayuda.—

—Él vino a verte anoche, estuvieron juntos anoche, yo lo sé— respondió un tanto exaltada.

—¿Qué, es en serio? ¿Cómo sabes eso? Y si vino anoche a dejarme unas golosinas, pero no pasó nada entre nosotros— mentí, porque si le decía que nos habíamos besado, esta chica era capaz de asesinarme en mi propia casa.

—Porque él ayer dijo que se sentía muy cansado que no podría ir a verme, ya no me dijo amor, me habló normal, fui a su casa para hablar con él, y cuando llegué iba saliendo, y lo seguí hasta aquí, vi todo, te vi salir, y vi cuando él bajó y subieron a su camioneta, vi cuanto tiempo tardaron, pero como los vidrios de su camioneta son oscuros, no pude ver que hacían, por eso te pregunto, porque estas metiéndote en una relación muy bonita y llena de amor, llevamos más de dos años juntos— dijo subiendo la voz.

Para ese momento yo sentía miedo, mucho miedo, me había arrepentido de haberla invitado a pasar.

—Estuvimos platicando, eso hacen los amigos, no lo invité a pasar porque ya era tarde y aquí estaba mi hija, y yo respeto mucho a mi hija, y ella aún no conoce a Andrés— dije, mientras disimuladamente le escribí a Andrés un mensaje.

«Tu novia está aquí, está loca, tengo miedo.»

—Bueno ese es otro punto, Andrés jamás se fijaría en una mujer como vos, mamá soltera, además no tenés un cuerpo envidiable, estás bonita pero hasta ahí— dijo.

Sentí un gancho a mi orgullo y un golpe directamente a mi autoestima, esta niña insegura me acababa de dar donde más me dolía.

—¿Entonces que haces aquí, investigando si me acosté con tu novio? ¿Te das cuenta que le estás rogando a una mujer como yo que no te quite a tu novio? Pero yo no te estoy quitando nada, esa relación está muerta hace más de un año porque él me lo dijo, y no te deja porque lo amenazas con quitarte la vida, y lo único que lo tiene unido a vos, es el miedo, porque el amor se lo mataste con tanta inseguridad— dije.

—¿Eso te dijo? Ja, ja, ja, no lo puedo creer, él te mintió, mira él me golpea, me trata mal, me insulta, es un bestia, me ha intentado asesinar, porque me ama y él no puede vivir sin mí— dijo mostrándome un rasguño en el brazo.

—Más a mi favor, ¿por qué venís a mi casa a molestarme, cuando decís que él es una bestia? Estás mal, y ya me cansaste te voy a pedir que te vayas de mi casa por favor— dije, poniéndome de pie.

Ella tomó su vaso de agua, y me lo tiró encima, —aléjate de Andrés— gritó.

La tomé del brazo, y la llevé jalada a la salida de mi casa, —suéltame me estás lastimando— gritaba.

Abrí la puerta e iba llegando Andrés con otro chico, no sabía quién era, Andrés nos vio y noté la molestia en su rostro.

—Guadalupe, ¿qué haces acá?— preguntó muy enojado.

—Mi amor, ella me llamó que viniera, que tenía que hablar conmigo sobre vos, y cuando vine me dijo que ustedes se están revolcando— dijo la loca.

Yo me quedé atónita.

—Eso no es cierto, estás loca— dije.

—No te preocupes, te creo, por favor Ander llévate a tu hermana, está vez sobrepasó los límites— le dijo Andrés, al chico.

—Si, disculpen el show— dijo el chico.

La subió a su auto y se fueron, yo entré a mi casa molesta, sin hablarle a Andrés, casi le cerré la puerta en la cara pero él lo impidió.

—Liss, perdón por esto, yo no tenía idea de que ella haría algo así, ¿fue ella la que te mojó, verdad?— dijo.

—Lárgate de mi casa, yo no pienso meterme en esto, no quiero verte— dije.

—No, yo no me voy a ningún lado, yo quiero una oportunidad con vos, quiero que nos demos una oportunidad— dijo, tomándome del brazo, me llevó hacia él, y nos besamos.

Lo solté, —no pienso tener nada con vos, estando ella— dije.

—Corté con ella hoy en la mañana— dijo, acercándose a mí.

Nos distrajo el sonido de mi celular, lo tomé era una llamada, al ver la pantalla, oh Dios, mi corazón se detuvo, me helé, no lo podía creer.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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