EN DOS DÍAS TE OLVIDO

199 15 5
                                    

CARTAS AL MARINERO (Capítulo 124)

LUNES 13 DE ENERO 2,020

Seguía sin saber nada de Iñigo, ya no me sentía tranquila, pero trataba de estarlo, salí temprano con mi primo Angelo, compré cosas que hacían falta para Jeremy, se las llevé al internado, me despedí definitivamente de ella, porque al día siguiente yo regresaba a casa, llegamos a casa de mi tía Mariana a eso del medio día, mi prima Mishel estaba ahí, a eso de la 1:00 p.m. nos sentamos a comer, cuando sonó mi celular, era él, Iñigo, lo sabía porque le tenía sonido especial.

«Hola, ¿cómo estás?» decía.

Mi corazón tuvo paz, por un momento.

«Bien, ¿y vos? Estaba muy preocupada, y también te extrañé» respondí.

«Si, todo bien, pero ayer estuve atrapado en un restaurante, hubo una balacera frente al restaurante» dijo.

Me asusté tanto, quería llorar, pero estaba a la mesa con mis primos.

«¿Qué? ¿Estás bien? ¡Dios mío!»

«Tranquila, estoy bien, solo el susto, oye Liss, tengo algo que decirte»

«Decime» dije muy emocionada.

«Es quiero decírtelo yo, para que no lo sepas por otro lado, Liss, regresé con mi ex» dijo.

No puedo expresar lo que sentí, nunca en mi vida me había sentido tan idiota, tan traicionada, sentí como si me hubiesen atravesado un puñal en el pecho, el frío me invadió, a pesar de estar a más de 36°, no sabia que decir que hacer, solo sentía un dolor enorme en el pecho, ¿en qué momento regresó con su ex? Si el día que me había venido de viaje en la madrugada me había dicho que me quería y no quería perderme, ¿por qué se enojó y me reclamó por mi amigo Christopher? Si el que estaba hablando con alguien más era él, era más que obvio que estaba hablando con su ex mientras me decía te amo, por eso no me contestó todo el día anterior, y era más que obvio que en ese restaurante estaba con su ex, y yo preocupada por él, ¡Dios mío! ¿Existía alguien más idiota que yo? Sentí tanto dolor que no pude ni siquiera decirle nada, no hubo reproche, «Ah, está bien, me da mucho gusto, espero que todo vaya bien» dijo, poniendo el celular de lado.

—Bebé, ¿qué pasó? ¿Te sentís mal?— preguntó Mishel, no sabía si iba a poder responderle, el nudo en la garganta era demasiado grande.

—No bebé, nada, todo bien— respondí empujando el plato con comida.

—¿Estás segura? De la nada te cambió el semblante— dijo Angelo.

—Si, solo que me duele un poco la cabeza, me voy a recostar— dije, intentado fingir una sonrisa.

Tomé mi celular lo vi, tenía muchos mensajes de Iñigo, me puse de pie, y me fui a mi habitación, cerré la puerta, me tapé la boca, y caí al suelo poco a poco, mientras lloraba, fue tan hijo de pū-tā, que me rompió el corazón mientras yo andaba de viaje en mi lugar favorito, no podía con el dolor, estaba agonizando.

Mi celular empezó a sonar, era él, no quería responder, pero insistía tanto, él insistia tanto, que inhalé profundo, y respondí.

—Bueno—

—Liss, ¿por qué no respondes mis mensajes?— dijo.

—Porque no tengo nada que decir Iñigo, creo que ya todo está dicho, maldito mentiroso—

—A ver Liss, yo no te mentí, somos amigos y te quiero, y pues volví con mi ex y quise decírtelo antes de que te enterarás por otro lado—

—No sea cínico, vos no me querés, vos me has utilizado, has jugado conmigo, y no tenes idea la manera en la que me acabas de destruir, maldita sea, acabas de arruinarme algo muy mío, este lugar es el lugar que más amo en todo el puto mundo y lo sabés, y me has roto el corazón otra vez, y decidiste hacerlo mientras estoy aquí, y ahora cada vez que regrese aquí en lo único que voy a poder pensar es en este día, y en el inmenso dolor que sentí— dije, llorando.

—Liss, esa no era mi intención, solo quise ser sincero con vos, que no creas que te mentí, te quiero y no quiero perderte— dijo.

—Iñigo, estoy en casa de mi tía, no puedo hablar, bonita tarde— dije, cortando la llamada.

Solté el llanto e Iñigo siguió llamando, ya no respondí, tomé el teléfono y le llamé a Ian.

—¿Qué pasa Liss?— Preguntó muy preocupado.

Él sabía que yo no soy de las que llama, y no podía ni hablar, estaba ahogada en llanto.

—Liss, me estas asustando— dijo.

—Lo volvió a hacer Ian, él volvió a jugar conmigo, me rompió el corazón otra vez— dije mientras lloraba, Ian intentaba consolarme, le conté lo que me había hecho.

—Es un maldito Liss, no te merece, no merece ni una sola de tus lágrimas, eres un mujerón, bonita e inteligente, y él es un imbécil, no puedo creerlo, ¿cómo se puede ser tan cobarde y mentiroso?— dijo Ian.

Yo no podía dejar de llorar, Ian me consoló durante más de media hora.

—Oye Liss, ¿y qué crees? Yo también regresé con mi ex ayer, te quería contar pero andabas muy ocupada con lo de tu hija— dijo.

—Pero, ¿qué carajos? ¿Ayer era el día de regresa con tu ex, o qué?— Pregunté.

Los dos reímos.

—Solo no hagas lo mismo que Iñigo, no lastimes a terceros— dije.

—No Liss, yo jamás haría eso, no seria capaz de dejar a una mujer como ese imbécil acaban de dejarte a ti, no sería capaz de escuchar llorar a alguien por mi culpa, me duele escucharte así, y no quiero que nadie sufra de esta manera, y menos tú, porque no lo mereces, te quiero Liss— dijo.

Inhalé profundo, —también te quiero Ian, ahora tengo que colgar, saldré con mis primos— dije, nos despedimos y colgamos.

Me paré frente al espejo, limpié mis lagrimas, me vi hecha pedazos, destrozada, desmoronada, a simple vista no tenía una sola herida, pero el alma acababa de morir y el sepelio no sería fácil de sobrellevar.

Salí de la habitación, mis primos se me quedaron viendo, —¿vamos a dar una vuelta?— les dije.

Ellos sonrieron, se pusieron de pie, salimos de casa de mi tía, nos subimos al auto y en el trayecto de la casa de mi tía Mariana y Poptún, escuchando la canción que el me había dedicado, «Tal vez de Octubre doce», escribí el texto "EN DOS DÍAS TE OLVIDO", porque cuando conocí a Iñigo, el dijo que si algún día yo me iba, el no me extrañaría, que me olvidaría en dos días.

Nunca se lo dije, pero ese 13 de enero, él me hizo odiar enero, y también odiarme a mí, porque yo pude irme y dejarlo, pero él me pidió que no lo hiciera y me quedé, todo esto que acababa de pasar pude evitarlo, yéndome, pero mi corazón no era cobarde como el suyo y ahora estaba pagando las consecuencias de su valentía.

Continuará...

- Lissbeth SM.

NOTA DEL AUTOR, ESCUCHA EN YOUTUBE, EN DOS DÍAS TE OLVIDO:

https://youtu.be/l4adxyU67XU

CARTAS AL MARINERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora