EL INICIO DE UN SUEÑO

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 6)

Llegar al nuevo colegio no fue fácil, todos estaban ya compenetrados, y además de ser la nueva, yo venía de un colegio privado y para rematar adventista, por alguna extraña razón a los alumnos del colegio Sinaí los consideraban como enemigos, supongo que era porque algunos se consideraban inalcanzables por ser "los elegidos de Dios".

A la hora del recreo me sentaba sola, el nuevo colegio tenía mucho espacio, bancas abajo de árboles de eucalipto, era muy bonito, pero me sentía rara porque el lugar era bonito pero yo había llegado tarde, ya no encajaba con nadie, no encajaba en el lugar.

Yo me sentía triste, pero no podía decirlo, porque mamá me daría otra paliza, ahora debía enfocarme en subir mis notas, porque eso también me causaba tristeza a mí, yo siempre había sido una chica de obtener notas altas, siempre fui la mejor de la clase, y ahora había reprobado cinco.

Estudiaba en la mañana, en las tardes hacia tarea y ayudaba con los quehaceres de la casa, lavaba la ropa de mi novio, la planchaba, y a las 6:00 p.m. dejaba todo porque tenía que preparar la cena de mi novio, y tenía que atenderlo, pero lo bueno de todo esto es que mamá ya me dejaba salir con Hernán, teníamos que llevarnos a mi hermana Savannah, pero eso a mí no importaba, al menos ya no me la pasaba metida en casa.

Salíamos a comer, íbamos por un helado o simplemente íbamos al parque, Hernán nunca me preguntaba como me iba en el colegio o como me sentía, siempre hablábamos de su trabajo o de sus problemas, o de lo que pasaba en su casa, su hermana Orina acaba de dar a luz y la familia del esposo no la quería, o su hermana Izabel que estaba casada y aún no lograba tener hijos, él se daba cuenta de los maltratos que tenía mamá para conmigo y no decía nada, tampoco hacía nada.

Ese viernes llegué al colegio y a la hora del recreo me senté sola otra vez bajo los árboles de eucalipto, de pronto se acercó a mí Cristian, el hijo de una de mis maestras, se sentó al lado mío y no dijo nada, de repente se volteó y me colocó en el cuello una pequeña culebra muerta, empecé a gritar, me puse de pie, y empecé a saltar, daba gritos, él reía, —¡solo es una ratonera!— gritó Cristian.

Pero mi shock nervioso ya era demasiado, es lo último que recuerdo, el grito de Cristian diciéndome que era algo inofensivo, tuve consciencia de mí otra vez mientras estaba sentada en la dirección del colegio, la directora de este colegio era un amor, estaba muy preocupada por mí, y preguntaba que me había pasado, pero nadie decía nada, Critian además de ser el hijo de una de las maestras del colegio era un chico muy popular y guapo, era alto, blanco, rubio, ojos de color, un cabello envidiable, era más que obvio que nadie diría nada, y yo tampoco lo dije.

—Mi'ja ¿qué te pasó? ¿Qué te hicieron? ¿Por qué te pusiste así?— preguntó la directora.

—No sé, no recuerdo— mentí.

—¿Estás segura o tenés miedo a decirme?— preguntó.

—Si, segura— dije.

—Bueno hija, ándate para tu casa pues, que aquí ya se fueron todos, y en tu casa se van a preocupar— dijo la directora.

Tomé mis cosas y salí del colegio, —lamento mucho lo que te hice, yo no quería ponerte mal, solo quería hablarte, pero no sabia como acercarme a vos— esucuché volteé a ver y era Cristian, supongo que me estaba esperando.

—¿No sabias como hablarme y ponerme una culebra muerta en el cuello, se te hizo una buena manera de hacerlo?— respondí.

El sonrió, y se acercó a mí, —soy Cristian, mucho gusto— dijo, extendiendo su mano.

—Soy Lissbeth— respondí, tomando su mano.

—Yo sé quien sos, y quiero ser tu amigo— dijo.

¿Uno de los chicos más guapos del colegio, quería ser mi amigo? ¿Es que acaso él estaba ciego? ¿No me veía? No entendía que estaba pasando o a que quería jugar, no dije nada, no supe que responder, solo sonreí.

Después de esa tarde nunca más volví a estar sola en el colegio, Cristian no estaba jugando, y tampoco quiso burlarse de mí, al contrario, en los recreos se sentaba conmigo, y me invitaba a comer, porque mi mamá no me daba dinero, porque yo no podía comer en el colegio porque estaba gorda, pero Cristian compartía su refacción conmigo y estudiábamos juntos, él sin duda alguna fue un gran apoyo para mí, me defendió varias veces, hasta ese jueves cuando el año escolar estaba por terminar, faltaban unos 2 meses para ello, cuando Cristian me contó que se iría a vivir a Estados Unidos, ese día se despidió de mí, me dio un abrazo muy fuerte, y nunca más volví a saber de él, aún hoy después de 21 años no sé que fue de él.

Después de terminar ese año escolar, yo quería estudiar enfermería, así que me informé, y si podía cursar enfermería, mientras cursaba tercero básico, así que hice todos mis planes, estudiaría tercero básico de noche, enfermería los jueves, mecanografía todos los días de 8:00 a 10:00 a.m. y computación todos los días de 10:00 a.m. a 12:00 p.m. lo hablé con mamá y Hernán, mamá primero puso el grito en el cielo, y dijo que no, pero Hernán dijo que sí, que él me apoyaba, entonces mamá dijo que si, siempre y cuando yo no descuidara los quehaceres de la casa, yo me sentí tan feliz, saltaba de la felicidad, así empezaría el mejor y peor año de mi vida.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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