UN NUEVO ERROR

209 18 3
                                    

CARTAS AL MARINERO (Capítulo 77)

Los días seguían pasando, en mis estudios todo iba tan bien, me llevaba demasiado bien con mis compañeros de clase, con mis maestros, para todos yo era una mujer feliz, sonreía todo el tiempo, me veía bien todos el tiempo, empecé a llevarme con Violet, nos estábamos haciendo muy amigas, ella también tenía una hija, de 3 años y para entonces Jeremy ya había cumplido 8.

Las cosas con Luis iban bien, hablábamos todo el tiempo, reía con él, la pasaba bien, llevábamos más de un mes conociéndonos, cuando me dijo que vendría a verme el corazón se me detuvo, una parte de mí quería, y la otra no.

Vale había tenido que salir del país con su papá, por cuestiones de trabajo, me sentía sola, y mi amistad con Kenneth cada vez se reforzaba más, en todos mis ratos libres la pasábamos juntos, ya había conocido a su familia, veíamos películas juntos, comíamos juntos, tenerlo cerca me hacía sentir bien, él era muy alegre, me contagiaba su alegría.

Nos hicimos amigos de una chica que bailaba, "la morena" le decían, nos la pasábamos juntos, jugábamos, Jeremy también se llevaba bien con ellos, todo parecía marchar bien.

Pero, ¿quién veía en mi interior? Todo estaba gris, nublado, llovía todo el tiempo, calmaba toda esa tempestad con alcohol, bebía todos los días, cada que podía, llegaba a dormir totalmente ahogada en alcohol, nadie se daba cuenta, nadie podía ver que estaba hundida, todos creían en mi máscara de mujer feliz.

Jeremy seguía yéndose con Hernán los fines de semana, o la cuidaba Oriana, jamás voy a negar que Oriana fue de gran ayuda en los años en los que estudié mi segunda carrera.

Ese fin de semana Jeremy se fue con su papá, venía Luis a verme, yo estaba tan nerviosa, pero Kenneth me daba ánimos, —está guapo mi vida, te quiere, se lo nota, no te cerres a conocer más personas— decía, mientras me ayudaba a peinarme.

Kenneth se fue de casa cuando se acercaba la hora de que Luis llegara.

A eso de las 7:00 p.m. tocaron a la puerta, era Luis, abrí totalmente nerviosa, mi cuerpo no tenía control, no podía dejar de temblar, él me saludó con un pequeño beso, pasó, yo me sentía totalmente nerviosa, no sabia que hacer, cenamos juntos, él me tomaba de la mano, y yo temblaba, luego fuimos a ver películas, Luis empezó a besarme, yo lo detuve y salí a sentarme al patio, él se sentó al lado mío y me dio un collar con un pequeño colmillo de cristal, y dentro llevaba dos granos de arroz y cada uno tenía grabado una "L", sonreí al verlo.

—Liss, me enamoré de vos desde que te vi en esa cafetería, entraste con la mirada perdida, un poco torpe porque chocaste con la silla, tu cabello totalmente alborotado, te vi y quise conocerte— dijo.

Yo solo bajé la mirada, sentía un dolor indescriptible, no sabía que decirle, solo escuchaba.

—Liss, ¿quieres ser mi novia?— dijo y el mundo se paralizó.

Todo daba vueltas, pasaron miles de imágenes frente a mí, vi toda mi vida con Hernán, porque la única vez que alguien me hizo esa misma pregunta y yo respondí con un si, me destruyó por completo, y justo ahora tenía pánico.

—Luis yo, yo no soy una buena apuesta en cosas del amor, vas a salir perdiendo— respondí.

—Si logro pasar un solo día a tu lado, yo no habré perdido, habré ganado y mucho— dijo.

Escucharlo decir eso, me hizo sonreír, y él me besó.

—Entomces, ¿sí?— preguntó.

—¡Sí!— dije.

Otro grave error.

Continuará...

- Lissbeth SM.

CARTAS AL MARINERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora