EL CLÓSET

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 123)

Empezar el 2020 con Iñigo, en una de las cosas más bonitas que me ha pasado, creo que es de los pocos años que he empezado feliz, sintiéndome bonita, porque cuando él me decía bonita, yo me lo creía, también lo empecé con Ian, esa amistad que me estabas ayudando tanto a creer en mí.

Le conté a Ian que escribía, se asombró, le mostré algunos de mis textos, le gustaron.

«Quiero decirte algo, pero no sé como hacerlo, no creo que piense mal» dijo.

«No voy a pensar mal, decime» respondí.

«Es que es algo que nadie sabe, y me da pena decirlo»

«Ay ya, decime»

«Es que yo también escribo» dijo.

Sentí una emoción que no puedo explicar, hasta grité mientras sostenía el celular.

«¡Quiero leer, mostrarme!»

«No Liss, que pena»

«¡Qué me mostres!»

Me mandó uno de sus fragmentos, me asombró, él era verdaderamente bueno.

«¡Sos muy bueno, tenés que abrir una páginas, yo tengo una!» dije muy emocionada.

«Ay no Liss, a mí me da mucha pena»

«Vamos abrela» dije.

Él no respondió más.

Cada 5 minutos le decía, «Abre tu página, Ian»

IAN

Le conté a Liss que escribía, me insistió tanto porque le mostrara lo que escribía, que accedí.

Su respuesta fue tan bonita, estaba tan emocionada, y me pidió abrir una página de Facebook para subir mis textos, no quería, me daba pena.

Pero ella insistía, así que empecé a crearla, y me arrepentía y cuando estaba por cancelar, me llegaba un mensaje de ella diciendo «abre tu página, Ian», me hacía sonreír y continuaba creandola, hasta que la terminé.

LISSBETH

Unas horas después respondió, «¿Qué crees?»

«¿Qué pasó?» pregunté.

«Abrí una página, pero no la hice con mi nombre, no quiero que sepan que soy yo» dijo.

Volví a gritar de la emoción, «¡Pasamela!» dije.

Me pasó su página, fui la primera en darle like, al principio yo le editaba las imagines, luego le enseñé a hacerlo.

«¿Y ahora cómo hago para que crezca?» preguntó.

«¿Qué querés apostar que yo hago que tu página llegue a tener mil seguidores en 24 horas?» dije.

«Ja, ja, ja, ja, es imposible eso, pero dime que quieres y te lo doy» dijo.

Hasta aquí Cinfa, mi amiga me decía que él no era real, que era fake, que era demasiada guapo, yo ya le había dicho de las videollamadas, pero ella no me creía, así que tenía acá la oportunidad de callarle la boca.

«Si yo lo logro, me envías un vídeo saludándome» dije.

«Trato hecho» dijo.

Hasta ahí Ian no sabía que yo tenía página un poco grande, así que lo compartí y pedí que lo siguieran.

Inmediatamente me escribió Ian.

«Liss, ¿qué hiciste? No dejan de llegarme notificaciones de la página» dijo.

«Te dije que yo tengo una página, y pedí que te siguieran» dije.

«A ver tu página» dijo.

«Es esta, soy Mi media luna en el mundo de la poesía» dije enviándole mi página.

«¡No inventes, Liss! ¿Por qué no me dijiste que eres influencer?» dijo.

«Ja, ja, ja, ja, porque no lo soy» respondí.

En 12 horas Ian recibió 1,113 seguidores, y yo un vídeo.

Así fue como saqué a Ian Mendivil del clóset literario, con el paso de las semanas lo convencí de no tener miedo, le contó a su familia que escribía y decidió usar su nombre real.

A inicios de enero, Jeremy tenía que rrgrese al internado, le platiqué a Iñigo, me dijo que no llorara que ya faltaba poco para que Jeremy terminara su carrera, esa noche yo subí a mi estado una captura de una llamada con una amigo.

Iñigo se enfureció, —pero mira que bonito, me alegra mucho que Christopher esté para apoyarte en todo momento, soy un estúpido yo creyendo que estabas solo conmigo, que hablabas solo conmigo— dijo.

—Iñigo, ¿qué te pasa? Es solo mi amigo—

—Está bien Liss, igual no tengo porque decir algo, entre nosotros no hay nada— dijo.

—Yo te amo, pero piensa lo que quieras— dije.

—No espera, discúlpame— dijo.

Llegó el día que tenía que ir a dejar a Jeremy al internado, Iñigo había viajado por un compromiso familiar, me mandó fotos, me contó que había fallado el auto, pero que ya lo habían solucionado, me mandó fotos de él en la fiesta, me mando foto a las 2 de la mañana cuando llegó a casa, le dije que en pocas horas tomaba el autobús para ir a dejar a Jeremy, —por favor me avisas cuando llegues— dijo.

Llegué a la terminal de buses, le envié un mensaje avisandole, no respondió.

Llegué a casa de mi tía Mariana pasadas las 3:00 p.m. le envié un mensaje para avisarle, estaba en línea, pero ni siquiera había visto el primer mensaje, pensé que estaba ocupado, así que hice todas mis cosas, sin preocuparme, fui a dejar a Jeremy al internado, seguía sin saber de Iñigo, ya estaba preocupada, a eso de las 9:00 p.m. del 12 de enero del 2020 revisé el chat, seguía sin leer los mensajes, me preocupé pero no escribí.

Al día siguiente me levanté temprano, los mensajes seguían sin ser vistos, sentía un nudo en la garganta, ilusamente estaba preocupada por él, no tenía idea de lo que la vida e Iñigo me tenían preparado.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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