ENTRE LA LUNA Y EL CAOS

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CARTAS AL MARINERO (Capítulo 54)

IÑIGO

Llegó el momento de regresar a Ipen, Liss estaba perdida, estaba triste, apenas y hablaba, lo que me preocupaba mucho era su terror nocturno, despertaba llorando, pidiéndome que callara al bebé, y eso me asustaba, porque eso podría descubrirla con su esposo, salimos de la cabaña, nos subimos al auto, ella no habló en todo el camino, llegamos a Ipen a eso del medio día, me dejaron en la entrada del pueblo, de ahí en adelante condujo Valentina.

LISSBETH

Iñigo se despidió de mí, con un beso en la frente, uno de esos besos con los que te sientes protegida, y segura, uno de esos besos que dan paz, no dije nada solo sonreí, Valentina condujo para llevarme a casa —Liss, podés tomarte unos días libres, los necesitas, necesitas descansar— dijo.

—No, no me hagas eso por favor, necesito trabajar, necesito estar alejada de casa y de Hernán, no me pidas quedarme en ese infierno por favor, pasa por mí a la hora de siempre— dije.

—Lissbeth, por favor consideralo— dijo Savannah.

—No me pidan que me quede en el infierno con Hernán, y menos después de haber asesinado a mí bebé— dije con lágrimas en los ojos.

—Ok, no llores, solo no llores, yo paso por vos a la misma hora, pero necesito que estés tranquila— dijo Valentina.

Primero dejamos a Savannah en casa de mamá, mamá se me quedó viendo, —¿y vos qué? ¿Por qué andas tan demacrada?— Preguntó.

—Es cansancio mamá, fuimos a trabajar— respondí, con un nudo en la garganta.

—Ah, bueno, vayan a descansar pues— dijo mamá, entregándome a Jeremy, en cuanto tuve a mi pequeña en brazos sentí un dolor tan agudo, y la culpa me llegó de nuevo, la abracé fuerte, y lloré otra vez, lloré porque yo había acabado con la vida de mi bebé.

Llegué a casa, Hernán ya había llegado, me despedí de Vale, entré a la casa con Jeremy en brazos, Hernán nos vio entrar tomó a Jeremy en brazos, la besó, la abrazó, jugó con ella, yo me fui a la habitación y justo ahí me vine abajo, escuchaba al bebé llorar, lo escuchaba reír, sentía su olor, me estaba volviendo loca, me metí a la cama, y lloré hasta quedarme dormida, me despertaron las manos que recorrían mi cuerpo, era Hernán.

Llegó hasta mí, acariciándome, —la extrañé muchísimo— dijo dándome un beso, salí de la cama a toda prisa, —¿qué le pasa? Solo quiero hacerle el amor— dijo Hernán, poniéndose de pie y acercándose a mí, —no puedo Hernán, estoy en mis días— mentí.

—Es que usted no sirve para nada— dijo, dándome una bofetada, que me hizo caer al suelo.

No dije nada, solo me puse de pie, en el fondo sentía que él tenía razón, yo no servía para nada.

Llegó la hora de ir a trabajar, Valentina llegó por mí, subí al auto, no hablé, —Liss, tenemos que hablar, no puedes estar llevando esa doble...—

—No quiero hablar de eso, así que agradezco que por favor por el momento me dejes tranquila— dije, callando de una a Valentina.

—Lo siento— dijo Vale.

Llegamos a Saturno, Iñigo no estaba en la entrada, entré, y en las mesas estaba él, no se dio cuenta que llegué, estaba viendo el reloj, era más que evidente que esperaba a Moon.

Entré a la cocina y empecé a trabajar.

IÑIGO

Esperaba a Moon, tenía días de no verla, la extrañaba, de pronto cuando dieron las 8:00 p.m. ella entró, tan perfecta como siempre, un vestido azul marino, su cabello ondulado y largo, suelto, un labial rojo que se le veía espectacular, tacones de aguja, y ese maldito antifaz que no me dejaba verle el rostro, en cuanto entró todo Saturno volteó a verle, pero ella no veía a nadie, y caminó directamente a mí, se sentó al lado mío, se acercó a mí, y me besó, me besó con ansias, sentí que mi mundo se detuvo, pero por alguna extraña razón sentí culpa, culpa porque extrañaba a Liss y estaba besando a Moon.

Pasé la noche tomando de la mano a Moon, a eso de las 11:00 p.m. sin decir más, se puso de pie, y salió del bar, Saturno estaba a una hora de cerrar, en cuanto Moon se fue, recordé a Liss y fui a buscarla a la cocina, no salió, sino hasta la hora de cerrar, me dio la espalda.

—Liss, ¿qué pasa?—

—No podés estarme besando a mí y a Moon, así que elegí por vos Iñigo, porque yo estoy empezando a sentir cosas por vos y yo creo que estoy enamorada de vos, así que te lo puse fácil, así que me largo de tu vida—

—Liss, no seas cobarde, no huyas, porque yo no creo estar enamorado de vos, yo estoy enamorado de vos—

Sus palabras me calaron, no volteé a verlo, seguí caminando sin dar marcha atrás.

Las siguientes semanas pasaron lentas, Iñigo pasaba las noches con Moon y yo no volteaba a verlo, me negué a hablarle más.

Llegó navidad, y año nuevo.

•••

Era enero, el maldito mes de enero, cuando recibí esa llamada de mi tía Amarilis, mi abuela estaba muy enferma, según los médicos tenía hepatitis, los flashback llegaron a mi mente.

Desde entonces enero me ha roto el corazón.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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