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El detective había logrado ver en las grabaciones, que podía haber sido causa de la pandilla del barrio Jungla. No podía verle las caras, pero eran una de las pocas pandillas las cuales solían ocupar motocicletas y eso de daba una idea por donde empezar.

Por desgracia, también conectaba directamente a Astrid con el barrio. Por otro lado, también estaba la explosión que hubo en el puerto la cual irónicamente, tenía relación con la familia de Kray, ya que la mercancía que había sido destruida, era perteneciente al tío de Astrid y a una empresa que tenía.

Lo cual eso volvia extraña la situación, de que es lo que en verdad estaba ocurriendo dentro de esa casa. Por lo cual, se encontraba yendo em dirección a la casa de los Kray para hacerle algunas preguntas al señor Ian Kray, respecto a lo que llevaba su nombre.

El haber llegado y luego de haber pasado por el cordón de seguridad, se adentra a la casa la cual siempre parecía estar vacía por su gran tamaño. Desde el comedor, nota como Joe, camina en su dirección para recibirlo.

— Teniente O'Brien.— lo saluda con seriedad.— Sigame por aquí.

Joe guía su camino hasta la oficina de Ian, a la ves que el aprovechaba de ver toda la casa, la cual se encontraba impecable.

Abre la puerta de la oficina, dejando ver a Ian, quién estaba sentado en el sofá que tenía en su oficina, junto con un vaso de whisky en la mano y unos papeles a un lado.

Ian ve llegar su presencia, mirándolo de arriba a abajo con cierta indiferencia ante la razón por la cual podría estar ahí. Lo cual a O'Brien le pareció bastante inusual su comportamiento, después de haber perdido mucho en el puerto.

— Teniente O'Brien— saluda con desagrado a una visita que esperaba tener en algún momento— ¿A que debo su inesperada visita?

— Esperaba a que usted lo supiera— contesta casi con el mismo tono, mientras que levantaba una carpeta que llevaba consigo— Estoy aquí por una explosión que hubo en un puerto, en el cual llevaban mercancía que estaba a su nombre.

— Oh si... Pobres hombres, me tome la cortesía de hacer una donación a las familias y pagar sus funerales— comenta soltando un pesado suspiro— Por favor, siéntese, ¿Quiere un vaso de whisky? Tengo una de las mejores reservas.

El detective se sienta en un sillón que había frente a Ian, mientras que negaba el vaso de whisky, que este le ofrecía. Esperando a que respondiera a las preguntas que le haría.

Por la mirada y expresión que le estaba dando Ian, le daba a entender que estaba preparado y esperaba por su llegada lo cual sería muy conveniente.

Se le hacía extraño que tuviera la amabilidad de hacer tal cosa ya que a simple vista parecía ser un hombre que no regalaría ni una libra con tal de ayudar a su prójimo.

— No gracias. Que amable de su parte el haberles hecho esa donación.

— Era lo menos que podía hacer.

— La verdad es que, yo no estoy por los trabajadores. Estoy aquí por la explosión que hubo a sus camiones y con la pregunta de ¿Por que tenía un transporte de armas?

— Bueno, para ser sinceros, no tengo idea de porque se causó esa explosión, también es algo en lo cual tengo curiosidad de saber.

— ¿Y que me dice al respecto de las armas que habían dentro los camiones?

— Un encargo el cual estaba devolviendo por algunas fallas en mi pedido.

— ¿Por que estaba pidiendo armas?

— Tengo una empresa de seguridad, en la cual contratan a mis hombres para diferentes trabajos de protección a bueno, personas importantes. Guardaespaldas para ser exactos— toma un pequeño trago de whisky, antes de continuar— Claramente algunos de mis hombres necesitan de armas para trabajar.

— Entonces...

— Joe, por favor acerca los papeles.

Todo se queda en silenció un momento, mientras que Joe, caminaba al escritorio de Ian, tomando los papeles los cuales entrega al detective.

El los toma con algo de desconfianza, notando facturas y envíos de las armas de la cual hablaban, con un gran listado de lo que había apreciando todo completamente válido, lo cual lo retrocedía un paso atrás a su investigación.

— Como verá, es algo completamente legal y supervisado.— le asegura con aquellos papeles que tenía el teniente— la compra-venta, los envíos y embarcación. Y la verdad en cuanto a la explosión que hubo, no sabría que decirle al respecto. Estoy desconcertado ante la situación y me gustaría saber que fue lo que sucedió ahí.

El teniente deja los papeles encima de la mesa de centro que había entre ellos, penado en que aquello resultaba realmente conveniente para el, ya que no le mostraba ninguna prueba de que el tuviera algo que ver en el tema, más que estar con la mala suerte de tener su pedido.

Pero al instante se le viene a la mente la otra explosión que había sucedido y Astrid en aquella posibilidad de que ella estuviera involucrada en ese atentado.

— ¿Puedo hablar con su sobrina?

— Lamentó decirle que no se encuentra en casa.

— ¿Y donde esta?

— Se fue de camping con la familia de su novio.

— ¿Su que?— pregunta confundido y ciertamente disgustado.

— Con la familia de su novio.— repite con una pequeña sonrisa— Ya sabe, a esta edad  lo jóvenes solo se preocupan de salir a pasarlo bien y enamorarse.

Sentía molestia por lo escuchaba, tal vez por la clara razón de que el escuchar eso le recordó el sentimiento y las palabras que dijo Astrid, las últimas dos ocasiones que se vieron. Lo cual causó que sin conocer al muchacho, sintiera celos por el.

— ¿Esta enterado de el atentado que hubo en la autopista?

— Lo vi en las noticias, resultó ser algo terrible...

— Supongo que la joven se encontraba en casa a esas horas.

— ¿Está insinuando que mi sobrina tuvo algo que ver con eso?

— Solo me interesa saber dónde estaba.

Ian lo filmina con la mirada mientras mostraba una pequeña sonrisa, podía verlo bien, ver cierta atracción que sentía el teniente al notar el cambio drástico de su expresión y voz al nombrar a Aarón como su novio.

— Estuvo en casa de su novio, sus padres la habían invitado a almorzar y se quedó hasta tarde con ellos— responde sonriente— puede preguntarles si así lo desea.

— No, supongo que es suficiente— dice rendido y con un pequeño sentimiento de celo— Gracias por su tiempo, me retiro.

Se pone de pie lentamente, tomando su carpeta para irse junto con ella pero antes de voltearse escucha como Ian, le llama su atención.

— Tengo algo para usted— dice poniéndose de pie— La próxima vez, que encuentre algo como esto en mi casa, no se salvará de la demanda que le haré.

Ian lleva su mano hasta la de el detective, tomándola y dejando algo en ella, a lo cual el detective baja la mirada, encontrándose con el micrófono que había puesto en la escalera. Al ver lo que tenía en su mano, siente ira frustración por notar que lo habían encontrado y tal vez desde cuando. 

— Y le diré una cosa más, detenga su obsesión con mi sobrina por creer que ella será responsable a algún caso suyo— se acerca a su oído para susurrar le lo demás— le aconsejo que no oculte su deseo a mi sobrina con sus casos, que eso no le sale bien.

Traga saliva ante lo que Ian le había susurrando ya que no pensaba que fuera algo tan evidente ante los ojos de los demás, lo cual si era así, le traería uno que otro problema.

— Gracias, lo tendré en mente...

— Eso espero— dice con una sonrisa narcisista— Joe, serias tan amable de guiar al teniente hasta la puerta.

Al notar que ya no podía hacer nada mas ahí y que la conversación había sido dada por terminada, da media vuelta y camina hacía la puerta. Insatisfecho por su visita al recinto. Por lo cual no le quedaba más qie irse y seguir buscando en otro lado.

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora