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La mañana había pasado y para Aarón había sido algo extraño, el de pelear en el colegio no era su estilo, tampoco el de visitar al director, pero consiguió poder cruzar algunas palabras con ella o al menos que supiera su nombre.

— Y dices que no te gusta— se burla Erik riendo.

— ¿De que hablas?— pregunta Aarón viendo su comida— no me gusta, solo creo que puede ser una persona, interesante...

— Y recibes una paliza por ella, eso si es interesante— comenta riendo— me gusta que yo no sea al único que llaman la atención por andar con gafas— toma un trago de agua— de seguro pasa con más resaca que yo.

— Supongo que es para no ver sus ojos— comenta Aarón, jugando con su comida.

— ¿Dices que fuma yerba?— pregunta sorprendido.

— No. Me refiero por el color de sus ojos— mira que esta con los pies arriba de la mesa— ya llama mucho la atención, supongo que no quiere llamarla más de lo que ya lo hace y baja los pies de la mesa estoy comiendo, idiota— lo reta dándole un empujón a sus pies.

— Que más da que tenga los ojos verdes o azules— comenta apoyando su cuerpo en la mesa— Aún que eso sería que fuera ¡más sexy!

— Violeta... — responde casi como un susurro.

— ¿Que?

— sus ojos... — repite levantando la vista para verlo— sus ojos son violeta

— ¿¡Es enserio!?— pregunta con una sonrisa— ¿eso es posible?

— Si. Se los vi el primer día— responde con la mirada perdida recordando sus ojos— la verdad es casi nula la posibilidad pero si. Muy pocas personas tienen esa peculiaridad.

— ¡Eso sí que la hace ser más sexy!

— Supongo que esa es la razón por la cual ocupa gafas, por idiotas como tu.

A lo lejos la ve entrar y caminar hasta una de las mesas más alejadas del comedor. Por arriba del hombro, Aarón la observa sin despegar sus ojos de ella. —¿Por qué será tan fríamente distante?— piensa el.

— Hola chicos— saluda una voz femenina.

Aarón voltea a ver quien está en su mesa y ve a Gabriela. Una compañera que está interesada en el desde hace dos años, prácticamente desde niños.

— Hola Gabi— saluda no muy emocionado ya que no era del todo su agrado.

— Oigan ¿supieron sobre lo de la chica nueva el día Lunes?— pregunta ella.

— Si, todos lo vimos— responde Erik muy obvio a lo sucedido.

— No pero después de clases, en la salida— dice otra voz femenina metiéndose en la conversación—Gabriela y yo la vimos después de clases en la carretera— continua Natalie.

— Después de clases todos toman la carretera para ir a casa— responde él de lo más normal.

— La estaban arrestado— aclara Gabriela, con cierto desprecio— y le pego a uno de los policías.

— Creo que le rompió la nariz de un solo cabezazo— añade Natalie, emocionada por seguir contando el chisme.

— También se dice que en su colegio anterior le corto la cara a uno de sus profesores— agrega Gabriela con cara de espanto.

Ambas chicas eran una de las que siempre mantenían a los demás al pendiente con los chismes, les encantaba dar las "Últimas Noticias", eso hacía que a Aarón, no le agrade ambas chicas.

Las encontraba simpáticas, se conocían de años y sus padres eran amigos pero con el tiempo se volvieron algo que a él no le gustaba del todo.

— ¿Y ustedes que ganan con andar diciendo esa clase de cosas?— pregunta Aarón con molestia— ni siquiera saben si es verdad.

— ¡Oh! ¡Claro que es verdad!— responde Gabriela, segura a sus contactos de chismes— solo les informamos para que tengan cuidado con esa chica... Se dice que incluso vendia drogas.

— ¿Y me puedes averiguar a cuanto vende el gramo? Ya que andan de chismosas— pregunta y comenta Erik burlándose a lo que Gabriela le responde con un pequeño golpe.

— Aparte de que ni siquiera es de nuestra clase— habla Natalie con desprecio— viene de los barrios bajos, es una pordiosera, no me sorprendería que viniera con piojos incluso.

— Yo me largo... — se levanta Aarón, ya molesto con lo que decían— no les creo nada.

No la conocían como para decir esa clase de cosas, aún que el estaba consciente de que el tampoco la conocía. No sabía ni siquiera su nombre, solo sabía que su apellido, era Kray.

(...)

Al final del día, seguía observando la, ahora desde su auto sintiendo como la voces a su alrededor se desvanecían y todos sus sentidos se enfocaba en ella.

— ¡Aarón!— grita levemente Gabriela—¿por qué la miras tanto?

— Porque a Superman le gusta la chica nueva— comenta Erik riendo.

El se despega viendo que su amigo sonríe y Gabriela lo miraba con seriedad, parecia molesta— Solo veía su moto, es linda...

— Mas bien dicho ella lo es— corrige Erik, aún burlándose.

Su conversación es interrumpida por el sonido de una sirena, el voltea a ver que es lo que sucedía atrás de su espalda y ve que entran dos patrullas.

— Es... ¿la policía?.

Se detienen en frente de donde estaba estacionada ella, mientras que Kray, ni siquiera les prestaba atención o se mostraba preocupada. Ve bajar a un hombre que llevaba un placa a un lado de su cintura junto con su arma, lo que hacía saber que era alguien de alto mando.

— ¿Que está sucediendo?...

Ve como se acercan a ella para hablarle, eran seis policías rodeando la y como el más alto estaba frente a ella.

— ¿Por qué vienen tantos?— pregunta Natalie sin entender.

El que parecía ser el encargado la toma con agilidad y la pone contra un auto que estaba estacionado a un lado, la esposa rápidamente para luego tomarla y llevársela.

— ¡Que es lo que miran putos fresas de mierda!— grita furiosa a todos los que veían la escena.

La suben a la parte trasera de uno de los autos, para luego subir ellos e irse lo más rápido posible del recinto.

Era un estacionamiento grande, donde la mayoría de los alumnos se encontraba en ese instante y aún así, se formó un absoluto silencio, la mayoría no creía lo que acababan de ver.

Todo había pasado tan rápido como para asimilar algo que no era común en ese lugar, que había pasado por primera vez.

— Se los dije... — les recuerda Gabriela frente de él— es mejor que ni te acerques a ella, solo es un problema...

Con eso se marcha dejándolo solo, el se queda mirando la entrada del colegio aún sin poder creer lo que había visto. La forma en la cual atacaba sin miedo de quién fuera, podía apreciarse de que no había miedo en sus ojos, pisadas o actos.

— Esa chica es la hija del mismo diablo—comenta Natalie casi a lo lejos— una pordiosera que solo vino a manchar a nuestra clase..

Aarón cansado de seguir escuchando todo aquello, se sube a su auto sin despedirse a sus amigos y se marcha. No quería seguir escuchando la mala peste que decían de alguien sin saber de esa persona, pero— ¿Será verdad lo que se decía de ella?— se preguntaba Jones— y si fue así ¿por qué?...

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora