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Las puertas de la sala de juicio se habían cerrado y las de la prisión se abrían ante la llegada de Kray. Ella se encontraba caminando por la prisión, con sus cosas en mano, directo a las celda a la cual seria asignada.

— ¡Miren quién llegó!— grita una mujer desde lo lejos.

Muchas hacian ruido por la llegada de una nueva reclusa a la que todas conocían y esperaban por su llegada, la cual era trastalada por una guardia hasta su celda mientras la emoción de las demás se sentía en el aire.

— Bienvenida a la grandes ligas niña— comenta la guardia con sarcasmo.

Sin decir nada, continúa caminando hasta la que sería su celda, esta se encontraba perfectamente ordenada con un lado el cual estaba haciendo el que claramente sería su lugar.

— Se despierta a las seis, el desayuno es de siete a nueve, el almuerzo de doce a tres y tienen que estar en sus celdas a las ocho— le informa la guardia sin mucho ánimo— lo demás te lo puede explicar tu compañera.

La guardia se retira dejando a Kray ahí para que pudiera instalarse, camina hasta la que es su cama, tira sus cosas ahí y se deja caer ella, en ese momento la celda se encontraba vacía, por lo cual daba por hecho que la conocería más tarde.

Con los ánimos por el suelo, sale de la celda, caminando hacía el patio donde se encontraban la mayor parte de las reclusas, las cuales podían sentir el hedor a carne fresca que tenía Kray.

Se sienta en lo que parte de un pilar de la prisión y hace un escanear rápido antes de terminar con la mirada en sus manos, sintiendo aún la sangre de Jones en ellas.

— Así que tu eres la nueva— dice una voz sacándola de sus pensamientos.

Levanta la vista a un lado viendo a una chica un poco mayor a ella, con el pelo rojo y trenzado, de estatura baja con piel blanca, con una cara bastante inocente como para ver en la prisión.

— Kray.— se presenta de manera cortante apartando la vista.

— Si, se quién eres— contesta con una gran sonrisa— Eres la Leona, una de las jefas del barrio Jungla.

— No la mejor...

— ¿A no? Por ahí se dice que resultaste ser una de las más jóvenes— continúa hablando de manera animada— ¿En que sector estas?

— Ala B.

— ¡Uhh! ahí están las más pesadas reclusas— comenta con una expresión de sorpresa— a las que son de ahí no tienen un minimo de diez años ¿cuanto te dieron a ti?

— Cadena perpetua.

— ¡Demonios! ¿Que hiciste para cargarte todos esos años encima?

— Nada que sea de tu maldita incumbencia— contesta con un tono de cansancio.

Claramente la chica aún no aprendía que eso no se le preguntaba a nadie a menos que existiera la confianza para hacerlo o simplemente era una chica bocona y curiosa.

— Esta bien no tienes porque enojarte solo sacaba conversación— levanta sus manos como señal de olvidar el tema— bien entonces ¿Quién es tu compañera de celda?

— No lo se, aún no la conozco— contesta arrugado su nariz a la vez que la joven a su lado cambiaba a una expresión de preocupación.

— Espero que no te haya tocado con Blaz...

— ¿Blaz?

— Es una de las que tiene las llaves de la prisión aquí ella y una llamada Chita— contesta la joven— ambas tienen su lado y a ambas las respetan pero Blaz, tiene historial de ser una perra asquerosa— susurra lo último.— Chita la respetan por lo que era, una carnívora de sangre fría, es la sargento de la Jungla

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora