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No estaban siendo los mejores días, la clase alta resulta ser un mundo agotador, sobre todo cuando no formabas parte de él.

Para ellos era vista como un parásito en aquel lugar, una peste que causaba desagrado y era algo que se encargaban de recordárselo constantemente.

La mañana había empezado de la mejor forma, primera hora: una pelea y una visita al director, ¡fantástico!. Y el resto del día se pasó entre la cancha de fútbol para pasar sus horas en la galería.

Ya a la hora de almuerzo, se sabía aún más de Kray, las personas la miraban aún más, y extrañamente hablaban de él arresto de él día lunes.

Esto es como estar en un pueblo pequeño... Se enteran hasta cuando te tiras un peo y se aseguran que huela a rosas...— pensaba ella.

Camina hasta una mesa alejada para sentarse ahí; a lo lejos ve a aquel chico que hablo con ella en la mañana, observándola como solía hacerlo desde que llego ahí.

No entendía de él por que había sido tan estúpido para meterse donde no lo llamaban, un maldito mimado que trataba de acercarse haciéndose el amigable.

Baja la mirada, tomando lo poco y nada que le quedaba de su café de la mañana. Estaba frío, pero un café con whisky nunca se desperdiciaba, eso lo sabía perfectamente.

Al final de la jornada va hasta su casillero en busca de su casco para marcharse de una maldita vez de aquel lugar que parecía ser un infierno lleno de idiotas.

Hasta que un pequeño grupo de chicas se pone a su lado izquierdo, interrumpiendo su soledad y hace su mirada levemente hacía el lado para ver como la miraban fijamente.

— Así que tu eres la pordiosera la cual arrestaron ayer— habla una de ellas como burla.

— ¿Que te hace crees que puedes venir a joderme?— preguntó sin mirarla— mejor vete, antes de que te haga llorar como la niña estúpida que de seguro eres.

— ¿El lunes te arrestaron por que? ¿Por andar de drogadicta? O ¿te robaste la motocicleta que tienes?

— Si, justamente ayer les vendí perico a tus papis— responde ella— tu papá incluso comentó que quería intentar darse un jale desde el culo de tu madre.

Suelta una risa en un bufido mientras las risas de ellas se detienen al escuchar eso. Toma su casco y cierra con fuerza la puerta de su casillero, la mira con seriedad mientras sacaba su navaja discretamente de su chaqueta, la abre y se la acerca en la cara.

— Si no quieres tener una linda cicatriz en esa cara de perrita asquerosa que tienes, deja de joderme.

— ¿Que? ¿me cortaras la cara como a tu antiguo profesor? —pregunta desafiante

La mira fijamente con una pequeña sonrisa— Si— le confirma Kray con un tono cortante— claro que si.

Ve como los ojos de la chica  se cristalizan y sabe que  con eso es más que suficiente para saber que le queda claro sus palabras, voltea a ver a sus amigas, quienes sí estaban claramente asustadas.

— Solo les diré esto una vez— habla acercándose nuevamente a la que había empezado a hablar— si tu o cualquiera de tus lame culo, me viene a joder, te aseguro que no podrán presumir sus caritas porque les terminaré desarmando las operaciones.

— ¿Crees que te tengo miedo? —pregunta desafiante nuevamente pero con el temblor de su cuerpo delatandola.

Acerca su rostro al de ella, acariciando con suavidad la mejilla de la joven que intentaba mantenerse firme.

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora