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El juez ya había decidido darle una condena de dos semanas, condena que ya había sido arreglada, en la cual dentro de aquella semana irían a su a domicilio para llevarla a prisión.

Kray encontraba absurdo que su primera vez en prisión fuera por algo tan estúpidamente patético, se sentía furiosa, con el sentimiento de querer partir le la cara al detective, quién de seguro no le agradaría que su sentencia fuera tan corta.

El los dos últimos días, no había ido a clases pero no era difícil encontrar los datos personales de un chico mimado, y así después de haberle enviado un mensaje con su dirección al chico, espera por su llegada.

— Doris, ¿dónde se encuentra Ian?—pregunta Astrid entrando a la cocina—necesito hablar con el.

— El señor Kray, salió con Joe, fue hacer un par de negocios— responde Doris con calidez— pero volverá para la cena.

— Mmm esta bien...

Escucha como la puerta principal es abierta y sale hasta la sala principal a ver si se trataba de Ian, en vez de eso, ve al chico fresa con uno de los guardias de Ian.

— Señorita Kray, el joven aquí dice ser invitado de usted.

— Hola Astrid— saluda Jones sonriente.

— Si así es, ya déjalo tranquilo y vete—dice ella con un sentimiento de asco de tanta seguridad que había a su alrededor.

— Linda casa— comenta el muchacho mientras ve todo a su alrededor.

— Si, bien mejor vamos a hacer ese maldito trabajo— contesta ella subiendo las escaleras.

— ¿El joven se quedará a cenar?— pregunta Doris saliendo de la cocina.

Astrid voltea a ver a Jones quién voltea a ver a Doris y le responde— Me encantaría.

— Muy bien— responde Doris igualmente para volver a la cocina.

Continúan caminando hasta llegar hasta su habitación el la cual el joven queda impresionado.— ¡Wow! Tu habitación es más grande que la mía.

— ¡Hey! No empieces con eso de más o menos que lo detesto.

— Esta bien— responde un poco avergonzado— ¿por que faltaste estos días a clases?

— ¿Alguna vez te han dicho que no debes meter tus narices donde no debes?

— Bueno, también dicen que la curiosidad mata al gato y hasta ahora no me ha matado— responde Aarón sonriente— te traje los apuntes de las clases.

Ella se acerca a tomarlos y hecha una pequeña hojeada a los cuadernos—Genial— agradece regalando le una corta sonrisa.

— ¿Como esta tu mano?— pregunta el mientras se adentra más a la habitación.

— Más que bien, pero creo que no durará mucho...

Definitivamente no dura si la bienvenida a prisión sería "cálida", era conocido el método que solían ocupar algunas para dar la bienvenida.

— Te sienta bien los tatuajes, no se por que los escondes.

Ella da una pequeña vista a sus brazos que estaban al descubierto, por una camisa de mangas corta y luego posa su vista en el— ¿Nunca habías visto a una chica tatuada o tatuajes tan de cerca?

El suelta una sonrisa burlona y levanta su polera para mostrar los suyos, no eran tantos como los de ella, pero si podía lograr apreciar dos a la altura del abdomen bajo.

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora