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La tarde se volvía fría, con un cielo nublado y un hombre que caminaba en dirección a lo que era la  recepción de la clínica.

— Buena tarde.— saluda a la recepcionista con la voz fría— Tengo una cita con el doctor Arias.

— Un momento por favor.

Buscaba en la agenda del señor Arias, mientras el se mantenía apoyado en la mesa. También se encontraba ahí Miguel,  esperando a que su amigo llegara para que le entregará lo que le pidió.

Extrañamente el hombre que estaba ahí, le llamó la atención Miguel, había algo que le decía "mira a ese tipo, mira su rostro". Mirándolo con muy poco disimulo, ve como un hombre en bata caminaba donde el.

— Buena tarde, Elías— saluda Miguel a su amigo.

— Buena tarde, hey no creo que pueda volverte hacer un favor así, estuvo muy complicado...

— No te preocupes, sera vez única— asegura Miguel, tocando su hombro como agradecimiento.

Le pasa la carpeta, lo cual el hombre logra ver que tenía el nombre Kray, aquello fue como si justo en ese momento, existirá un Dios y estuviera iluminando lo en ese instante, mostrándole el camino.

Bingo.

— Señor Zane— llama una voz femenina.

El hombre se voltea a ver a la señorita que lo estaba atendiendo.

— ¿Si?

— El doctor Arias, lo espera— informa dándole paso a continuar hacía su oficina.

— Perfecto, emm ¿Dónde está el baño?—pregunta con una sonrisa finjida.

— Por el pasillo a la izquierda— señala la recepcionista indicando por dónde ir.

— Muchas gracias...

Camina en dirección al baño, pasando por el lado de ambos hombres que hablaban con discreción, volviendo a ver la carpeta asegurándose de que aquel nombre, era el que veía y que no lo estaban engañando sus ojos. Antes de perderse, observa detalladamente el rostro de ambos hombres para así perderse por el pasillo.

— Espero haber sido de ayuda...

— Claro que sí, Elías— asegura Miguel—me tengo que ir, muchas gracias.

— No hay de que— le dice su amigo con una leve sonrisa— nos vemos.

Miguel sale de la clínica, sin haberse dado cuenta siquiera de quién se encontraba a su alrededor, algo que en su barrio era algo peligro de hacer.

(...)

Después de haber buscado los exámenes y volver a casa, se encontraba frente a Kray, entregándole la carpeta,  quién nisiquiera quiso abrirla.

— Hay adn de dos personas...— le comenta Miguel con inquietud.

— Lo sé.— responde Kray, mirando hacía la ventana— La otra persona no tiene nada que ver en este tema, por lo cual si fuera con eso a la policía, podría perjudicar bastante a esa persona...— le explica sabiendo que sería asi— esa era la razón por la cual no las quería.

— Aún así, nunca esta de más tener un archivo...— insiste Miguel, levantando la carpeta— mañana te llevaré temprano a tu casa.

— Esta bien.

— Buena noche...

Kray no responde, su mente estaba atrapada en lo que le había sucedido, los ojos de Derek, le atormentaban el alma llenadola de odio cada vez que cerraba sus ojos.

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora