KRAY: Cazando a La Leona.

12

Al salir de la celda, ve con cierta seriedad al detective, quién también la miraba con seriedad a la vez que un oficial le daba el paso.

— Que oportuno que ahora tengas a alguien que te saque de tus problemas—comenta el detective.

— Nadie me saca de mis problemas detective— contesta con tranquilidad— es solo que tu aun no aprendes a hacer bien tu trabajo.

El con cierto enojo la mira con sus brazos cruzados, apretando sus puños.

— Ya esperan por ti.

Camina hasta recepción viendo a Joe, con una leve sonrisa, camina hacía el y este le ofrece su chaqueta para que así pudiera agarra un poco de calor.

— Se le llamara para un juicio uno de estos días— informa el oficial entregando algunos papeles y sus pertenencias en una bolsa sellada— si no asiste se le irá en busca a su a domicilio.

— Estaremos ahí— responde Joe cómo fin de la conversión.

Agarra sus pertenencias para luego tomar marcha— Hasta pronto detective, ¡no me extrañe tanto!

El detective la mira desde la entrada de su oficina sin ninguna expresión, sin ningún movimiento— Nos vemos cuando te encierre personalmente...

Se sube a la camioneta de Joe, para por fin ir a casa, lo que en el camino no dijo ninguna palabra. Estaba cansada, estaba enojada con todo lo sucedido.

Ya al estar en casa ve que Doris la espera— ¿Donde está Ian?— pregunta molesta.

— El señor Kray, está en su oficina.

Kray tira sus cosas con furia y camina con pasos firmes hasta la oficina de su tío— ¡Señorita! ¡El señor esta en una reunión!

— ¡Me importa una mierda!

Camina por el pasillo para luego entrar a la oficina de su tío, cruza por la habitación hasta llegar al lado de él sin mirar a quien tenía sentado al otro lado del escritorio.

— ¿¡Me quieres explicar por qué carajos no arreglaste el problema con ese maldito detective!?— escupe molesta—desde que llegue aquí me comienzan a joder nuevamente y yo solo te veo con tus malditas bolas puestas en tu escritorio sin hacer ¡nada!. Ahí ya estamos empezando mal.

— Oliver, te presento a mi adorada sobrina— dice Ian, viendo al señor con el que estaba.

— Mucho gusto señorita Kray...

— Astrid, el es uno de mis socios.

— Me importa un carajo, me quieres explicar de lo que te estoy hablando, eso no era parte de lo que me dijiste...

— Cariño, estoy un poco ocupado ahora— dice mirándola desafiante— ahora si me dejas terminar con el señor Oliver, obvio que respondo todas tus dudas mi tesorito, te respondo hasta de porque el cielo es azul.

— Di pirqui il ciili is izil— repite de manera grosera—¿Me crees tan pendeja?

— ¿Tengo que responder?

Ella mira al sujeto que estaba sentado frente a su tío, un hombre de edad, canoso, bien vestido, de traje como todos aquellos que eran parte de ese mundo.

Sin decir ninguna palabra, sale de la oficina molesta, dando un fuerte portazo a la puerta de la oficina, creando un pequeño eco del impacto.

— Interesante muchacha— comenta el señor Oliver— no pensé que tuvieras familia alguna.

— Bueno mi madre murió hace poco y como su padre también había fallecido, pues yo tenía que cuidar de ella.

— Debe ser difícil...