Al llegar a la prisión, pasa a la primera parte antes de entrar, ve al detective quién esperaba por su llegada, observando como le dan su ropa para que se cambie y una bolsa para dejar todas sus pertenencias.
— ¿Que hace aquí detective?— pregunta ella sacando sus cosass
— Te dije que estaría presente cuando te metieran a la jaula— contesta con una sonrisa victoriosa— creí que nunca vivirá para ver esto.
— No se emocione tanto detective, que saldré en dos semanas.
— ¿¡Que!? ¿Eso fue lo que te dieron por golpear a uno de mi departamento?—pregunta molesto— ¿que fue lo que hiciste para lograr eso?
— Mmm nada, supongo que el juez se dio cuenta que tu perro si merecía esa paliza— contesta sonriendo— asi que, nos vemos en dos semanas teniente.
— Te aseguro que te investigare desde lo más profundo y te haré volver— le advierte molesto.
— Te esperare con gusto— contesta sonriente para luego tirarle un beso
El se marcha con un sentimiento contrario al cual esperaba tener en el encierro de Kray, dejándola con su proceso de entrada.
Observa el uniforme que le habían dado, una prenda entera de color blanco, no era un buen color para estar ahí, claramente aquel uniforme sería teñido por un color un poco más vivo. Cuando por fin termina de cambiarse y ser registrada, es llevada hasta su celda.
Al entrar ve como muchas de esas chicas aprecian su llegada gritándole y golpeando sus celdas con sus tazas de lata u otros objetos. Todas gritando desde el último nivel, por la llegada de carne nueva
— ¡Vas a ser mi perra!— escucha a más de una gritar.
Ella se mantiene seria mientras camina por los pasillos, al llegar observa que tiene una celda para ella sola y como las que estaban en su pasillo le gritaban.
— Adentro— dice el guardia dándole un leve empujón para luego cerrar la celda.
— Mira que bonita perra tenemos aquí—dice una prisionera de la celda que estaba al lado de la suya— tu serás la que me lave la ropa maldita perra asquerosa—Kray no le hace caso a sus palabras y la ignora— ¡Hey! ¡perra asquerosa, te estoy hablando!— grita la prisionera para luego escupir le.
Aquel escupo le llega a su zapato, lo cual causa que Kray, baje la mirada para luego verla a ella y se acerca sin dejar atrás su expresión fría.
— Eso es putita, hay que escupirte para que hagas caso— continúa la prisionera riendo, pegada a la reja.
Kray sin decir ninguna palabra, pasa sus manos por los barrotes, tomándola del cabello, haciéndola para atrás para luego pegar su rostro contra la misma celda— Esta bien que seas una maldita callejera pero ni siquiera los animales tienen un comportamiento como el tuyo— responde volviendo la a tomar del cabello.
Ve como su ropa es manchada por unas cuantas gotas de la sangre de aquella chica— Mira... Ya manchaste mi ropa con tu asquerosa sangre— le muestra para luego volver a golpearla una vez más contra la celda.
La prisionera cae al suelo, seguido de eso lleva su mano hasta su nariz para tratar de detener el sangrado y a la vez todas las convictos gritaban por la pelea.
— ¡Guardia!— grita la chica acercándose al otro lado de la reja— ¡Mire lo que esta maldita zorra de mierda me hizo!.
— Tu te lo buscaste Ros— contesta el guardia sin importancia.
Kray mira con una leve sonrisa al ver que aquel privilegio estaba más que listo, en otras circunstancias el guardia no dudaría en entrar a su celda a golpearla por causar pelea, pero eso para ella no sería así. Se acerca a su cama y se acuesta llevando sus manos detrás de la cabeza y perdiendo su mirada en el techo.
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KRAY: Cazando a La Leona.
Teen FictionDespertar junto a una carta, la cual le hará tomar una decisión, que puede ser su ida a su salvación o perdición. Siendo buscada por la ley, un asesino, un oscuro secreto y una venganza, de la cual tal vez no sepa escapar. A pesar de que todos eran...