KRAY: Cazando a La Leona.

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— ¿Como te llamas?— pregunta el niño viendo a una pequeña niña bajo la mesa.

— Me... Me llamo Valeria— responde la niña abrazando sus piernas.

— Yo soy Adrian pero todos me dicen Rian— se presenta dulcemente el niño— ¿Que tienes?

— Creo que había un mounstro bajo mi cama...

— Si quieres puedes dormir conmigo, yo puedo protegerte— dice el niño con valentía.

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— Val ¿Que sucede?— pregunta un joven tomándola del rostro.

— Creo que alguien me lastimó cuando era niña— contesta con lágrimas en sus ojos— Rian, no quiero que eso vuelva a pasar...

— Val, sea lo que sea que haya pasado, no será asi— le asegura buscando su mirada— yo siempre voy a cuidarte...

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— Prometo cuidarte, protegerte y ser leal a ti, siempre— dice aquel joven, cortando su palma con una navaja.

— Prometo cuidarte, protegerte y ser leal a ti, Eternamente...— repite la joven, cortando de igual manera su palma y uniendo la a la del joven.

— Nunca habrá nadie entre nosostros...

— Nunca.

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— ¡Valeria corre! Yo los detendre— dice el joven desesperadamente.

— No, ¡no te dejaré!— grita con lágrimas que cegaban sus ojos.

— Valeria, te quieren a ti. No a mi.

— Pero si te atrapan es como si me atraparan a mi...— aclara ella tomando con fuerza la chaqueta del muchacho que tenía en frente— No me dejes sola, ven conmigo. Podemos escapar juntos...

— Te quiero...

— No, Rian ¡No!

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— Me quitaste a mi hijo, pequeña Leona— le recuerda un hombre vestido de traje, quién tenía al joven, frente a él.

— Kray, tenemos que irnos ¡ya!— grita Martillo desesperado.

— ¡No puedo dejarlo!

— Y si no tengo tu sangre, tendré la sangre de la única persona que tiene valor para ti.

— ¡Noo!

— ¡Sube la y vámonos!— ordena en un grito Martillo, quién estaba ya en el auto.

— Fino a quando mai bella leonessa...— se despide el hombre dándole un disparo al joven que tenía de rodillas frente a él.

— ¡Noo!— suelta un gran grito desesperado.

— Hey, hey, hey...— era la voz de Joe, tratando de calmarla.

Ve a su arrededor, dándose cuenta que se encontraba en su habitación junto a Joe, sentado a un lado de la cama, tratando de calmarla.

— ¿Estas bien?

Aún sintiéndose un poco desorientada, sin enterder muy bien que sucedía, trata de controlar su respiración ante la pesadilla que había tenido.

— ¿Q-Que pasó?...

— Eso me gustaría saber a mi— contesta el con un tono serio.— ¿Que hacías en el puerto?