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Al llegar por fin a la mansión, Kray sale echa una furia de la camioneta entrando a la casa y dirigiéndose hasta donde se encontrará Ian.

Cuando lo encuentra en la cocina junto a Doris, se acerca a él para darle un puñetazo en la mandíbula, causando que esté se agachar por el impacto.

Joe la toma rápidamente de los brazos al mismo tiempo que los guardias que estaban en el jardín,. los cuales lograron ver el acto, entrarán a apuntar a Kray con sus armas.

— ¡Como putas te atreves a poner un maldito rastreador en mi motocicleta!— le grita Kray, enojada tratando de liberarse del agarre de Joe, el cual que causaba impotencia por querer ir a romperle la cara— ¿¡acaso crees que soy tu puta mascota!?

— ¡Bajen las armas ya!— les ordena Ian molesto por lo que estaban haciendo sus guardias de seguridad, claramente esa actuación tan mala no se la creía Astrid.— ¡ustedes no tienen nada que hacer aquí, acaso no ven que es una discusión familiar!...

Los guardias con desconfianza, bajan sus armas lentamente, guardando las para salir y volver a sus lugares, sin despegar la mirada de Astrid. La actitud explosiva de Kray siempre dejaba de que hablar pero esta vez ella encontraba que tenía sus razones.

— Astrid, entiende. Sabía que buscarías la forma de volver y tenía que asegurarme de que no te pasara nada malo...— su voz era serena, como si sus actos no tuvieran más que buenas intenciones— yo busque la forma más discreta posible.

— ¡Poniéndome un rastreador en el culo!

— Si Joe, no hubiera estado cuidando tu espalda, a esta hora no estaríamos teniendo esta conversación.

— No me vengas con tus mierda Ian, se perfectamente que sabes quiénes son esas personas y que me estas ocultando información, se que eres un maldito mentiroso...

— Astrid, trato de encontrar a las personas que están detrás de ti pero no me lo estas haciendo fácil poniéndote en la mira de ellos— habla y la mira como si las acusaciones de Astrid, no fueran ciertas— date cuenta que si te llegan a seguir hasta aquí y descubrir dónde estás pueden venir preparados

— Te juro que si me entero que me estas ocultando algo, te partiré tu viejo trasero de hombre rico— le advierte Kray en un tono amenazante— me importa una mierda que seas mi tío...

— Prometo que estoy haciendo todo lo que esta en mis manos...— contesta con una amplia sonrisa— ahora será mejor que vayas a curarte esa herida y vayas a descansar— señala su herida, la cual se veía por su chaqueta arruinada— Joe, ve a curarle esa herida...

Joe saca a Kray, volteando a ver a Ian con cierta desaprobaciónde. La lleva a su habitación mientras que Ian, lleva su mano hasta su rostro, sobandose la zona en la cual le había golpeado.

— Si que pega fuerte...— comenta entre risas mientras que Doris lo miraba con preocupación y espanto por la escena— sin duda tiene la fuerza de su padre...

— ¿Quiere que le sirva algo señor?—pregunta Doris, viendo el golpe.

— Solo traeme un poco de hielo— contesta el— no quiero llegar a mis reuniones con la cara hinchada.

Se ríe ante la reacción de Astrid, su furia le causaba diversión y no podía negarse lo, tenía ese gusto de querer llevarla a su límite. Ya había probado su mano y para el sin duda, tenía la fuerza de su padre, sin importar el hecho de que era mujer.

Le excitaba la idea de querer ver, que tan lejos la llevaría su ira la cual estaba seguro, que la terminaría consumiendo por completo.

(...)

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora