La noche había caído, Kray había escapado y se encontraba a unos cuantos metros de la casa de Natalie. Estaciona su moto un poco alejado del lugar, toma su cuchillo, su arma, se pega el portátil a su brazo izquierdo y toma marcha para entrar.
Se acerca lo suficiente para tener señal, para poder intervenir las cámaras de lugar y comienza a desconectar las cámaras para que dejaran de grabar, poniendo una simulación.
En el muro detrás de la casa se prepara para entrar, estira un poco su cuerpo, da pequeños saltos, saca su navaja y se hace un poco hacía atrás.
— Tu puedes Kray...
Comienza a correr hacía el muro saltando lo y ocupando su navaja como gancho para llegar al otro lado, con fuerza termina de trepar el muro y así logrando saltar fácilmente.
Cae entremedio de unos árboles pequeños y ahí se queda un segundo guardando su navaja para luego revisar el mapa. A lo lejos ve a los guardias que daban su recorrido, hablando casi en la entrada.
Apaga las luces que estaban cerca de la entrada trasera y así toma marcha hacía la casa. Se agacha a la altura de la cerradura, ocupando así sus herramientas para abrirla.
Saca su arma y entra en silenció, viendo directamente a la cocina, la que tenía algunas luces prendidas. Una de las sirvientas estaba de espaldas, volviendo lo el momento perfecto.
Pasa su mano por encima de su hombro tapando su boca y poniendo su arma bajo su cuello, lo que hace que la sirvienta salte asustada en sus brazos.
— Shh...tranquila. Si eres una buena chica, no te pasara nada— le susurra Kray al oido— ¿me prometes no gritar?
La sirvienta con temor asiente rápidamente, Astrid retira su mano lentamente para apuntarle la nuca, asegurándose que la sirvienta se mantuviera quieta con el miedo a ver su rostro.
— No vengo a lastimar a nadie en particular— habla Kray en lo más bajo—solo vengo a hablar con Natalie— su voz era tranquila, pero amenazante para que la sirvienta mantuviera la calma— ¿vio lo que le pasó a la hija de jefe?— pregunta Kray a lo cual la sirvienta asiente— puedo hacer cosas peores que esas, así que si no quieres que te haga algo peor, no abriras la linda boquita que tienes y no dirás nada de esto.
La sirvienta junto con un sollozo de terror, asiente nuevamente dando a entender que las instrucciones de Kray, estaba bastante claras.
— Dime, ¿donde está la habitación de Natalie?
— A-arriba...— responde con la voz temblorosa— segundo piso, tercera puerta a-a la izquierda...
— Buena chica— le da un beso en la cabeza— ahora cerraras los ojos, contaras hasta diez y al cabar seguirás con tus tareas, como si no nunca hubiera existido...¿Bien?
La sirvienta vuelte a asentir con el cuerpo tembloroso y la respiración acelerada, cerrando los ojos antes de que Astrid, se lo ordene y comenzando a contar en voz baja.
Kray sale de la cocina, caminando precavida mente por la casa, sin toparse con nadie en su camino. Llega hasta las escaleras donde sube en silenció, dejando ver un pasillo y unas cuantas puertas.
Va hasta la puerta que le indicó la sirvienta y la abre lentamente, dejándose ver una habitación palo rosa. Observa la habitación la cual se encontraba vacía, mientras se escuchaba ruido desde lo que parecía ser el baño.
Camina por el lugar viendo todo lo que había en ella, para terminar en una silla subiendo sus pies al escritorio, esperando a que Natalie saliera.
Luego de unos minutos, ella sale del baño sin darse cuenta de la presencia de Kray, caminando hasta su cama con la vista en su teléfono.
— No imagine que tuvieras gustos tan feos— comenta Kray respecto a su habitación.
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KRAY: Cazando a La Leona.
Teen FictionDespertar junto a una carta, la cual le hará tomar una decisión, que puede ser su ida a su salvación o perdición. Siendo buscada por la ley, un asesino, un oscuro secreto y una venganza, de la cual tal vez no sepa escapar. A pesar de que todos eran...