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El recuerdo de un evento reciente, transformado en una pesadilla en todos los sentidos, logrando que saliera de su sueño profundo. Al abrir los ojos, ve una habitación que no reconocía, las cortinas levemente cerradas y la puerta abierta.

Ve a su alrededor sin toparse con ningúna persona a la vista, con dificultad se sienta en la cama, buscando fuerza para ponerse de pie. Camina lentamente por el pasillo hasta llegar a la cocina, donde se encuentra con una mujer joven, sentada en el pequeño comedor que había ahí, con un café en la mano y una mirada perdida.

— ¿Quién eres?

La mujer levanta la mirada con una expresión de preocupación— Me llamó Alexa, soy esposa de Miguel...—responde acercándose lentamente a ella.

— ¿Cómo es que...

— El té trajo anoche, estabas muy mal y dijo que no querías ir al hospital...

Kray baja la mirada, al sentir como se refrescaba su memoria y recordaba lo que había sucedido— ¿Donde está Miguel?

— Fue a trabajar...— contesta frete a ella— ven, necesitas comer.

Ayuda a Kray, llevándola hasta la silla y dejándola con cuidado. Camina hasta el refrigerador y saca un par de cosas para darle de comer.

Hubo un silenció durante todo el momento que comía, Alexa no quería decir nada hasta que ella terminará de comer y no sabía con exactitud que decir. Aún le parecía chocante lo que le había pasado, se sentía más choqueda al ver que los moretones de su rostro estaban más marcados.

— ¿Sabes que fue lo que te sucedió?

Kray siente con seriedad y la mirada perdida.

— Lo se bien...

— Entonces ¿Por qué no quisiste ir al hospital?— pregunta confundida— algo así tiene que decirse a la policía.

— La policía no se meterá con gente rica como ellos.— contesta con cierto enojo— No se atreven...

— Pero...lo que te hicieron no puede quedar así, es un crimen...

— Que no quiera ir a la policía, no significa que esto quedara así...—responde Kray, mirando a Alexa con seriedad— supongo que sabes perfectamente de donde viene Miguel, y del como arreglamos nosotros las cosas...

— Si ... Pero no es la manera, deberías dejar que la ley se encargue de hacer justicia...

Ella más que nadie estaba consciente de el lugar donde venía su esposo, sabía que era una vida dura y sobretodo peligrosa. Por lo cual sentía preocupación del ver a una chica tan joven, metida en eso. Sabía como cobrarán sus cosas y no quería que ella arruinaría su vida haciendo eso.

— Alex... La justicia no existe para personas como ellos— repite tratando de hacerla entender— me prometí a mi misma que esto jamás me volvería a pasar, ahora tengo la oportunidad de hacerlos pagar como se debe.

— ¿A que te refieres con eso?...

— Sabes perfectamente a que me refiero.

— Eres... Eres solo una niña...— susurra Alexa con los ojos cristalizados de la tristeza que sentía por Kray— no arruines tu vida con algo que después puedes arrepentirte..

— He hecho cosas peores que lo que les haré a ellos— asegura con un tono serio — y te aseguro que no me he arrepentido de lo que ya he hecho.

Se levanta del asiento con dificultad, caminando hasta la habitación, para tomar sus cosas y salir de ahí, no quería dar explicaciones, no quería pensar en lo sucedido.

KRAY: Cazando a La Leona. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora