3. Padres de verdad.

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Capítulo 3. Padres de verdad.

Andrómeda, siete años de edad.

—¿Quién anda ahí? —pregunta una voz fuerte y masculina, Loki desaparece, estoy dándome cuenta que es usual en él desaparecer, me apuntan con una linterna, me volteo con algo de miedo.

Que no sean ellos por favor.

—Es solo una niña. —habla uno de ellos por su radio.

Efectivamente son policías, uno viejo y el otro no tanto.

—Hola, ¿Cómo te llamas? —me pregunta el mayor con una sonrisa.

Loki se había escondido detrás de unos arbustos, lo puedo ver, está a la defensiva totalmente, que ni se le ocurra atacarlos, ellos podrían escucharnos.

—Andrómeda. —les digo y ambos sonríen.

—¿Dónde están tus padres Andrómeda? —pregunta el que se ve más joven.

Que buena pregunta.

—No sé.

Mi respuesta deja a los policías sin aliento.

—Andrómeda, ¿Nos acompañas? Podríamos encontrar a tus padres. —me sugiere uno, yo los miro con desconfianza.

—No me lleven con ellos.

—¿Con tus padres? —pregunta el mayor.

—No, con ellos. —les señalo con algo de miedo de donde Loki y yo venimos.

—¿Estabas en ese laboratorio? —me pregunta el joven y yo asiento. —Tranquila, a ellos no los van a volver a ver, te lo prometemos.

He ahí la primera promesa que me hacían en mi vida y yo sin saber que a los años la iban a romper, pero, para eso fueron creadas las promesas, ¿No? Para siempre romperlas y nunca cumplirlas, llenando de ilusión a la otra persona.

Ese día me llevaron a la estación de policía en el centro de Berlín y efectivamente de esas personas que me tenían nunca volví a saber de ellos, en la policía me preguntaron mi nombre y mis apellidos, pero yo solo sé que me llamo Andrómeda, así me decían en el laboratorio y también me decía un hombre del cual recuerdo muy poco, pero él me cuidó por un tiempo, desapareció seis meses antes que llegaran ellos al lugar donde había estado desde siempre. También me preguntaron por mis padres, pero, yo no sé nada de ellos, ¿Será que no tengo? Después de unas horas, me llevaron a un lugar donde había más niños, ellos no me hablaban, decían que era extraña y que estaba muy grande para tener un amigo imaginario llamado Loki... Pero, ¿Por qué? Loki es real, él me ayudó a escapar de ellos, me hace reír y siempre me acompaña, no entiendo por qué no me quieren creer, él mismo molesta a los niños, pero es como si no lo vieran, pero tengo días sin saber de él, ¿Dónde estará?

—Andrómeda. —escucho a mis espaldas, estoy en la habitación donde duermo yo y siete niños más, viendo por la ventana como todos juegan excepto yo.

Los niños me tratan como ellos lo hacían, primero me trataron con amor y cariño, después me tratan como si fuera diferente, yo sé que nací con poderes o algo así, pero, yo no le voy a hacer daño a nadie, no quiero.

—¿Sí?

—Vamos, allá abajo hay unas personas que quieren conocerte. —dice una de las señoras que se encargaba de cuidarnos, yo me acerco a ella y la acompaño.

Ojalá me saquen de este lugar pronto.

Caminamos desde las habitaciones del orfanato que es en el segundo piso, a la sala de estar, ahí conocemos a alguien que nos quiera adoptar.

Andrómeda: y la era de los jóvenes Vengadores. #1 [¡Completa!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora