54. Desaparecida.

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Capítulo 54: Desaparecida.

Andrómeda Stark.

—No, no es Dhara, tranquila Andrómeda. —digo para mí mientras mojo mi cara.

No, yo no vi a Dhara, es alguien más, Dhara está muerta.

—¡Sí! Por mi culpa. —digo con rabia y empiezo a llorar, en un momento de mucha impotencia rompo de un puñetazo el vidrio que tengo al frente. —Yo no te quise matar, Dhara, pero, no me dejaste opción. —murmuro mientras lloro.

Dios, tres años han pasado y no puedo superarlo, me siento cada día más mierda por lo que hice. 

Veo mi mano y esta está llena de sangre, mis nudillos específicamente.

—Agh... Mierda. —murmuro y meto mi mano en el agua, en eso escucho que la puerta de los baños se abre, yo no me volteo, sigo en lo mío, pero, quien está detrás mío no se mueve de dónde está, entonces me volteo, pero, en medio de mis cejas queda el cañón de un arma, es la chica que es igual a Dhara.

—Yo creo que no quieres hacer esto, Dhara. —le digo con mi voz quebrada y ella se ríe.

—No soy, Dhara estúpida, mi nombre es Electra Stone y vengo a vengar la muerte de mi hermana mayor. —me dice ella y dispara su arma, pero, por el silenciador nadie lo escuchó, yo trato de gritar, pero, ella se me acerca mientras me tapa la boca.

—Ni se te ocurra gritar. —me dice y expulso energía haciendo que ella se golpee con la pared, yo la mira por un momento y me trato de ir, pero esta tipa, toca la pared y las rocas se forman en esta hasta llegar a la puerta, convirtiéndose esta en roca.

—No. —digo y me volteo, lanza rocas y estas acorralan mis manos, no me puedo sostener solo con una pierna y caigo al piso.

—Déjame en paz, yo no quería matar a Dhara. —le digo y ella se ríe, mientras me pone la mano en el cuello y lo apreta, yo trato de moverme, pero, ella se pone encima de mi, en eso siento que algo choca contra mi cuerpo y este empieza a temblar, mientras que cada parte de mí duele y quema, me está electrocutando.

Deja de hacerlo y yo quedo exhausta, con cada parte de mi doliendo.

—Levántate. —me ordena Electra y me levanta con su fuerza, mientras que me lleva hacia afuera, los baños de la heladería están al fondo del local, junto a la puerta de emergencia, entonces nadie me ve como esta me está llevando, entonces lo único que se me ocurre es silbar, a Cronos lo entrené que cuando yo silbo de una manera específicamente, sabe que tiene que atacar porque yo estoy en peligro, entonces mi pobre bebé empieza a ladrar, escuchándose por todo el local, Electra abre la puerta y me lleva obligada, salimos a un callejón y al fondo de este hay una camioneta, de él se baja Roderick.

El miedo y el pánico me consumen y me empiezo a mover, tratando de escapar.

—¡No! ¡No! —grito mientras mis ojos se llenan de lágrima. —¡No, tú no me vas a volver a llevar! —exclamo y él se ríe, mientras saca algo muy parecido a un arma de fuego, pero, cuando dispara, en vez de balas salen unas vibraciones, estas hacen que todo vuelva a doler, pero, al parecer solo me afecta a mi, yo trato de gritar, pero no puedo y vuelvo a caer al piso, esta vez pego mi cara en el pavimento.

—Mierda. —murmuro, mientras me retuerzo de dolor.

—¿Te gustó, linda? Es mi nueva arma neutralizadora de energía nuclear. —me dice y yo lo miro.

—A mi no me interesa. —le digo con rabia y él me carga, mientras me sube a la camioneta y después Roderick hace que con un dardo tranquilizador me duerma...

Andrómeda: y la era de los jóvenes Vengadores. #1 [¡Completa!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora