33. Judas.

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Capítulo 33: Judas.

Andrómeda Stark. 

Yo me volteo y mi corazón se detiene por un momento, los vellitos de mi piel se ponen de punta, tengo una mezcla de rabia y muchísimo miedo en este momento.

—Roderick Fürts. —comento mirándolo, estoy horrorizada, pero no voy a dar mi brazo a torcer, no le voy  a demostrar que estoy aterrada como si estuviera viendo al mismísimo diablo.

—¿Qué hace él aquí? —me pregunta Tristan, estoy 100% segura que él tiene el mismo miedo que yo.

—Vete. —le digo mirándolo y él niega.

—No, no te voy a dejar con este tipo.

—Si te lleva con él nunca te vamos a volver a ver. —comento mirando a Tristan.

—A ti te voy a hablar después, traidor número dos, primero tengo que hablar con la número uno. —dice Roderick y saca un arma para apuntarle a Tristan, golpeo con su arma con un rayo y después a Tristan para que se vaya lejos.

—¿Ahora soy una traidora? —le pregunto mirándolo, no puedo evitar que mi voz se quiebre.

—Yo te recibí como una hija desde que supe que tú madre estaba embarazada. —me dice y me acerco con rabia.

—¡De mi madre no hables! —le grito y mis ojos se llenan de lágrimas.

—¡Pues si hablo! Porque ella era más que mi amiga, era mi hermana y por tu culpa ella murió. —me dice y yo no puedo evitar llorar.

—No, no me digas eso. —le digo llorando.

—Yo te salvé de esa planta nuclear abandonada, te di comida, abrigo, te enseñé a pelear, a esconderte, defensa personal y todo lo que ahora sabes, al darme cuenta que eras la hija de Harmony, te empecé a ver como una hija. —dice él, si no lo conociera tan bien, diría que está a punto de llorar.

—¡Cállate! —le digo llorando.

En eso, siento a Jessica acercarse, me volteo y le devuelvo su energía, pero, de una manera que le hace mucho daño, la golpeo tan fuerte que la tiró muy lejos de donde estábamos.

—¿Por qué mataste a mis abuelos? —le digo volteándome, puedo escuchar como los demás pelean con Dhara y Jessica a mis espaldas.

—Porque tú te lo mereces, me traicionaste, robaste mis sueños, entonces yo robo lo que más amas... Y los siguientes son tu madre, la pequeña Stark, a la liebre experimento, el Ciborg ese que tienes como amigo con derecho, de ti no me extrañaría... —me dice riendo y yo le pego una cachetada.

—A mí me respetas, yo no soy una cualquiera para que me hablas así. —le digo señalándolo, él me mira y sonríe, mientras toma con su mano su mejilla.

—Tú siempre tan rebelde y salvaje, mi pequeña Galaxia. —comenta y yo me enojo.

—Salvaje, rebelde y todo lo que quieras, pero, ¡nunca volveré a estar a tu dominio! —le grito mientras cierro mis puños, toda yo hierve de la rabia.

—Dime, ¿Que hay con ese Loki? Veo como se miran, como se preocupan uno por el otro, como se tomaban de las manos cuando hablaban el otro día en la terraza. —me dice y yo lo miro asustada.

—¿Me has estado espiando? —lo miro y él se ríe. —¿Sabes que es Loki para mí? Mi amigo, mi cómplice, porque él me ayudó a escapar de ti. —le digo sonriendo y le lanzo un rayo de energía, pero él desaparece.

¿Qué demonios? Pienso con miedo, en eso siento que está detrás de mi, yo me volteo y Roderick me mira con su risa sarcástica que tanto odio.

Andrómeda: y la era de los jóvenes Vengadores. #1 [¡Completa!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora