Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
Era día martes por la mañana, y me encaminaba con Rose hacia nuestra clase de Adivinación. Una de las clases que más odiaba - pero se compensaba con el hecho de que la profesora Trelawney era un sol en persona.
Había intentado sacarle a Rose o a Scorp todo el fin de semana sobre qué habían hecho mientras estábamos en Hogsmeade, pero simplemente dijeron que se distrajeron en una tienda de libros ahí. Obviamente, no les iba a decir que Albus y yo los habíamos prácticamente espíado por el mapa, así que no seguí insistiendo.
En cuanto a Albus - seguía actuando raro. Me estaba comiendo la no saber qué le sucedía a mi mejor amigo, y me estresó pensar el hecho de que quizás no confiaba en mí como yo en él. Es decir, yo le contaba todo, desde que éramos pequeños, y suponía que él también me contaba todo a mí.
No teníamos la costumbre de escondernos secretos, menos si nos afectan de tal manera que apenas tenemos ganas de desayunar.
Y eso pasaba justamente ahora. Los cuatro habíamos tomado asiento en la mesa de Slytherin para desayunar juntos, y Albus jugaba con su comida sin prestar atención a la conversación que estábamos teniendo.
—¿Potter?—Daniel Pucey sacudió su brazo, sacándolo de su pequeño trance.
—¿Eh? Oh, perdón. No dormí bien anoche.—Sacudió su cabeza, restándole importancia al tema.
Llamé su atención desde el frente, pateando su pierna bajo la mesa suavemente. Él frunció el ceño, posando su mirada sobre mí.
—¿Me acompañas a mi clase?—Hice un gesto con mi cabeza hacia las puertas del Gran Comedor.
—¿Ya se van? Quedan como veinte minutos para que comience el primer período.—Scorpius dijo extrañado, mientras mordía un pedazo de fruta.
—Bueno, necesito hablar algo con la profesora antes. Veré si ya llegó al salón.—Mentí rápidamente, para luego levantarme de mi asiento y despedirme del resto de estudiantes sentados a nuestro lado.
—Potter, no olvides el entrenamiento mañana.—El menor de los Nott-Lovegood habló.
Vi a Albus asentir y levantarse de su asiento al igual que yo. Cuando iba a caminar, sentí una mano agarrar mi muñeca, deteniéndome en mi marcha.
Incliné mi cabeza hacia un lado para ver a Rose mirándome.—¿Me guardas asiento?
—Claro que sí.—Le afirmé, antes de darle una última sonrisa y caminar hacia la salida del lugar.
Albus y yo nos encontramos al final de la mesa de Slytherin, y de inmediato comenzamos a encaminarnos en dirección al salón de Adivinación.
—¿Me vas a interrogar, o...?—Albus comenzó a decir, mientras alzaba una ceja en mi dirección. Yo me hice la confundida, antes de responderle.
