Ser mejor amiga de Scorpius Malfoy fue de las mejores cosas que le pasó en la vida.
Conocer a su padre fue su perdición.
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Fecha de publicación: 17/09/2021
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𝓔 | ESME STANFORD
—Entonces será un gusto verte en nuestra facultad a finales de mes, Esmeralda —la señora dijo en un tono amable, estirando su mano para agitarla con la mía sin quitar su sonrisa de su rostro—. Recuerda que sólo debes preocuparte de estudiar, nuestra escuela se encargará de todo lo necesario para que puedas sacar todo el potencial que hay dentro de tí.
—Muchas gracias por la oportunidad, espero con ansias llegar pronto —respondí, caminando hacia la salida, y frotando mis manos nerviosamente, así dándome cuenta de que las tenía muy sudadas debido a todo lo que habíamos conversado momentos antes.
Me encontraba saliendo de una de las oficinas privadas en el Ministerio de Magia destinada a reuniones como las que acababa de tener, dirigiéndome de inmediato a la salida pues sabía que mi madre me estaba esperando junto a mi hermano afuera.
La verdad, toda la conversación con la directora de la escuela de medicina de Francia no había durado más de una hora — y sinceramente, ni siquiera la había encontrado tan formal.
Tal como me había dicho McGonagall, sólo querían saber un poco más de mí, para que no me sintiera tan fuera de lugar una vez que estuviera allá.
La universidad tenía su propio edificio lleno de habitaciones individuales — y muy cómodas, al parecer — para cada una de las personas que llegaran de otros países a estudiar allí.
La universidad mágica en Francia claramente no sólo contaba con una escuela de medicina, si no también con otras especialidades más que la verdad ni me preocupé en averiguar de qué trataban — sinceramente, no me interesaba.
Miré a mi alrededor mientras bajaba las escaleras, rascándome la cabeza distraídamente y sintiéndome como una tonta al no recordar por dónde mierda había llegado hasta ese lugar.
Quería preguntarle a alguien, a cualquier persona, pero todos se veían tan ocupados que ni siquiera tuve ganas de interrumpir a alguien sólo por algo que había sido culpa mía.
Me quedé parada en medio de un pasillo — la gente iba y venía, y comenzaba a marearme al escuchar tantas voces a mi alrededor. Quizás me sentía así por mi falta de sueño la noche anterior, o simplemente era porque no había desayunado absolutamente nada, o siquiera cenado ayer.
—Señorita Stanford, se ve perdida.
Una voz grave a mis espaldas me hizo darme la vuelta de inmediato — sentí que me iba a desmayar en cualquier momento cuando me di cuenta que era Theodore Nott, o mejor dicho, el amigo de Draco y padrino de Scorpius.
"Scorpius está con su padrino."
Recordé las palabras de Draco aquella vez que intentó contactar a Scorpius en cualquier lado después de vernos en la cocina, y se me heló la sangre de inmediato.
