𝓬, 040

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ADVERTENCIA: ESCENAS EXPLÍCITAS, LEER CON DISCRECIÓN.

【 𝓐. 040

𝓔 | ESME STANFORD

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—Scorpius, ¿a cuántas personas invitaste? —Albus preguntó, mientras intentaba de armar una trenza en mi cabello.

Llevaba media hora tratando de hacerlo, y bueno, ningún resultado.

—No sé, creo que... unas treinta, no es mucho. Invité a gente de nuestra casa, y... ¿le dijiste a Jacob que podía venir? —preguntó el platinado disimuladamente, a lo que sonreí.

Ya habíamos tenido la pequeña conversación de yo enterándome antes que él sobre Albus y Jacob, y pesar de que hubo muchísimo dramatismo de su parte, finalmente entendió, y bueno, estamos como estamos ahora.

Tranquilos y sin hacer nada.

—Sí, de hecho hoy me habló —asintió Albus distraídamente, mientras Scorpius buscaba el Monopoly que llevaba perdido desde que habíamos llegado a la Mansión.

—¿Y le dijiste que traiga a Isaac? —preguntó nuevamente.

—¿Viene Isaac? —pregunté de inmediato, moviendo mi cabeza hacia Albus.

Él gruñó cuando el mechón de mi cabello se resbaló de sus manos, mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

—Eres una idiota —me dio un pequeño empujón, antes de levantarse de su lugar para poder estirarse—. Y sí, vienen ambos. ¿Dijiste que invitaste a Jade también?

Mi mirada de inmediato fue hacia Scorpius, quién ya me estaba mirando mientras se encogía de hombros, luciendo algo raro.

—Bueno, me agrada —respondió—. Creo que mi papá o algún elfo botó el Monopoly, tendremos que jugar otra cosa.

—No sabía que te agradaba tanto como para invitarla —seguí con el tema anterior, alzando una ceja—. ¿Y viene?

—Sí.

—Mmm, interesante —Albus soltó otra risa, moviendo sus cejas repetidas veces hacia nuestro amigo.

Scorpius nos miró serio, mientras nos lanzaba a ambos una caja de un juego que no pude reconocer al inicio.

—¿Van a seguir molestando? O van a ayudarme a buscar esta mierda de juego —se giró sobre sus talones, ahora abriendo más muebles de los que habían en el sótano de su casa.

Caminé a mi alrededor, frunciendo el ceño cuando noté que la puerta por donde habíamos entrado era una rejilla.

—¿Por qué esa puerta? ¿Acaso es un calabozo personal? —bromeé, levantando mi varita para iluminar mejor aquella parte.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora